Muchos empresarios a pesar de conocer y ser eficientes en el mundo de los negocios, con las transformaciones que en unas semanas ha tenido el mundo como lo conocían y los mercados que tanto entendían cambiaron de raíz.
Están en todos lados. Participan en múltiples discusiones. Influyen en innumerables decisiones de empresas y organizaciones.
Son dueños y directivos educados en un mundo fundamentalmente analógico con momentos esporádicos de interacción digital, cuyas mentes directivas no están preparadas para un mundo fundamentalmente digital, con momentos esporádicos de interacción analógica-presencial.
Son verdaderos profesionales en ciertas áreas del complejo mundo de los negocios que prevaleció hasta 2019, pero su ensamblaje de habilidades directivas resulta incompleto para los retos del 2020. En semanas, el mundo como lo conocían y los mercados que tanto entendían cambiaron de raíz.
Si te reconoces parcial o totalmente en ese universo, la pregunta pertinente es ¿cómo mantener vigente tu talento al tiempo que co-conduces la compañía en un proceso de transformación basado en lo digital que resulte competitivo en diversos mercados evolucionados? Aquí 3 recomendaciones para la reflexión:
1) Reconoce que la aceleración digital contextual no te esperará.- La velocidad de adopción de nuevas plataformas y el desarrollo de nuevos grados de confort multipropósito en digital están reconfigurando industrias pre y post COVID.
Y no basta con enunciarlo elegantemente. Hay que comprenderlo estructuralmente y actuar en consecuencia. Ningún directivo debe subestimar la velocidad con la que su persona y su negocio pueden estar perdiendo vigencia.
2) Autodeclárate un perfecto novato en aquella tecnología que quieras dominar.- La construcción de modelos de negocio basados en web requiere de una mentalidad digital y de un grado de comprensión superior de aquellas plataformas y sistemas en los que basarás la operación visualizada.
Y el primer paso para dominarlos es reconocerte novel en el tema. Preguntar, estudiar, comprender la lógica de cada herramienta, sus ‘outputs’, sus métricas y, por supuesto, sus limitaciones. Entre más cercanía creas con la tecnología, más cercanía produces con los nuevos mercados.
3) No aspires a tener todas las respuestas, pero sí a construir nuevos resultados.- No conozco un solo caso de transformación digital que el día del lanzamiento de sus primeros productos o servicios en web tuvieran todas sus preguntas enteramente respondidas. Sí reconozco, sin embargo, una plausible disposición en sus impulsores a procurar maximizar el uso de todo lo que la web les va ofreciendo en el camino.
Digital requiere aprender a hacer, aun con las eternas interrogantes que sólo te va resolviendo la realidad –a veces muy rápido y a veces un poco lento– hasta que vives el proceso. El antídoto es acostumbrarte a la medición permanente, al ajuste ágil y al rediseño perpetuo.
El mundo COVID no nos trajo nuevas tecnologías. Casi todas ya estaban ahí. Lo que sí nos trajo fueron nuevas necesidades disparadas desde el autoconfinamiento, la restricción y el miedo. Y con crudeza, evidenció el escaso grado de conocimiento de muchas compañías, colaboradores y profesionistas del mundo web y de su muy desarrollado potencial.
Hoy observamos muchas empresas dudosas y lentas, pero no debemos olvidar que los mercados se ajustan rápido. Y es que los consumidores y clientes aprendemos a gran velocidad. Adoptamos lo mejor que cada industria y aspiramos a que cada proveedor nos resuelva con base en los mejores estándares que vamos reconociendo y conociendo por minuto.
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