La Santa Sede ha revisado y ampliado la Carta de los Trabajadores de la Salud. El profesor de bioética y corredactor del documento, Antonio Gioacchino Spagnolo, nos explica las novedades de esta guía que nos permite entender cómo afrontar las dudas doctrinales y prácticas en el sector de la salud, principalmente ante los nuevos retos que surgen con los avances médicos, bajo los principios del Magisterio de la Iglesia católica.
Marinellys Tremamunno / Corresponsal de YI en Roma
Soy Marinellys Tremamunno y vamos a dedicar nuestro espacio a la Nueva Carta de los Operadores Sanitarios que ha sido presentada en la Santa Sede con la presencia del profesor Antonio Gioacchino Spagnolo, quien es profesor en la Universidad del Sacro Cuore (Sagrado Corazón), aquí en Roma. Profesor cuéntenos las novedades que trae esta nueva carta.
Antonio Gioacchino Spagnolo / Profesor de bioética
Las novedades se derivan de dos elementos. Del aspecto científico, en estos veinte años han habido tantos elementos nuevos relacionados con la investigación biomédica y también las novedades en el campo de la revisión teológica del Magisterio, porque de alguna manera ha ido en paralelo con el progreso científico. Tenemos varias novedades en el ámbito de Generar, en el ámbito de Vivir, en el ámbito de Morir, que son las tres secciones del documento.
En el ámbito de Generar, han sido indicadas una serie de novedades relacionadas, sobre todo, con la posibilidad de aclarar mejor los criterios de fertilidad y, por lo tanto, las posibilidades que desde el punto de vista científico y ético pueden ser ofrecidas para dar una respuesta a los que sufren de infertilidad conyugal. En este sentido, por ejemplo, también los métodos naturales no sólo dirigidos a retardar o distanciar el embarazo, sino también para establecer momentos privilegiados para que pueda haber fecundación. Después la referencia a la modalidad, en este sentido viene considerado lo que desde hace tiempo había indicado el Magisterio, los métodos de ayuda que se pueden dar a la pareja para permitir, para facilitar el encuentro de óvulos y espermatozoides, a través de la inseminación intrauterina, luego de que el esperma haya sido obtenido a través de un encuentro matrimonial; es decir, es salvaguardada la unidad de la pareja y su capacidad para fecundar.
En el ámbito de Generar, han sido tomados en cuenta algunos elementos nuevos. Por ejemplo, se reiteró la cuestión de la legitimidad del uso de vacunas, que en pasado habían dudas desde el punto de vista moral. Algunos movimientos pro-vida habían considerado objeciones de conciencia a los padres para no vacunar a sus hijos por razones morales. La Academia Pontificia de la Vida, que elaboró un documento, reiteró muy claramente, que esta dificultad no debía ser considerada como tal, porque hay distancia entre la producción original de las vacunas y el uso que se hace de ellas, por lo que la nueva Carta ha tomado esta reflexión, que fue realizada luego de la versión anterior.
En el plano del Morir, se reiteró firmemente la dignidad en las etapas finales de la vida, por lo que de alguna manera la presencia de un consejero de ética clínica de cabecera. Las decisiones sobre el paciente se deben tomar con una asesoría personalizada. No es suficiente que sean dadas directivas con leyes y normas prácticas, porque cada situación es diferente y deben ser evaluadas por todas las personas que están alrededor del paciente, incluso por el consultor ético, para poder tomar decisiones. En este sentido, por ejemplo, se ha confirmado la distancia que existe entre la sedación paliativa, que es uno de los medios más utilizados para hacer frente a los síntomas refractarios; es decir, el último recurso, quitar la consciencia del paciente cuando otros medicamentos no han sido capaces de obtener un beneficio, y la Carta reafirma la diferencia que existe entre la sedación paliativa, la sedación profunda, y la eutanasia. Son objetivos, medios, intenciones completamente diferentes.
Marinellys Tremamunno / Corresponsal de YI en Roma
Usted mencionaba algo muy importante que es la voluntad del paciente, el paciente como protagonista dentro de lo que es el Magisterio de la Iglesia. ¿Esto significa que si el paciente tiene intención o quisiera no continuar su vida por su situación de salud viene aceptado? ¿Qué es lo que dice la Carta en este sentido?
Antonio Gioacchino Spagnolo / Profesor de bioética
La Carta retoma este aspecto de la voluntad del paciente. En el magisterio de Juan Pablo II la voluntad del paciente, los deseos del paciente, los legítimos deseos del paciente, han sido tomados en consideración, han sido enfatizados. La relación entre médico y paciente es una relación entre personas, por lo que la voluntad de estas dos personas es muy importante, por lo que los profesionales de la salud deben tener lo más posible en cuenta lo que el paciente pida, sobre todo en la fase final de sus vidas. Pero todo esto no quiere decir, la Carta lo reitera, que un trabajador de la salud, un médico, deba hacer todo lo que el paciente pide. Si hablamos sobre el respeto a la voluntad, del respeto de la autonomía del paciente, también debe salvaguardarse la autonomía del médico; es decir, de alguna manera el médico tomará distancia de los pedidos que pudieran ser de naturaleza eutanásica. La cuestión, sin embargo, es entender bien lo que está pidiendo exactamente. Cuando el paciente pide a morir, en realidad está pidiendo que no lo dejen solo, está pidiendo no sufrir. Estas son razones que deberían motivar que los médicos se preocupen por él, hacerse cargo, y por lo tanto de alguna manera se debería lograr una sintonía de decisiones en la fase final de la vida.
Marinellys Tremamunno / Corresponsal de YI en Roma
Bien, muy interesante consultar esta Nueva Carta de los Operadores Sanitarios que es una guía ética sobre cómo afrontar los problemas en el sector de salud según el Magisterio de la Iglesia. Esto es Yo Influyo desde Roma…
@marinellys
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