El primero de julio del año 2018, más de 30 millones de mexicanos acudieron a las urnas para emitir un voto de confianza a Andrés Manuel López Obrador y convertirlo en el primer presidente de México emanado de la autollamada 4.a Transformación.
Ese triunfo tuvo dos elementos que ayudaron López a conseguir los votos necesarios para iniciar su plan. El primero, el cansancio político de millones de mexicanos que, por los resultados obtenidos, pero sobre todo por una campaña de comunicación muy bien orquestada, ya no confiaban en los partidos políticos tradicionales y clamaban un cambio de rumbo.
El segundo, y tal vez el más importante, fue la retórica muy bien vendida de alguien que ofrecía resolver los problemas del país de forma inmediata, que decía que todo sería muy sencillo y que el progreso y el bienestar para las familias mexicanas comenzaría el mismo primer día de su gobierno, que, al comenzar él a gobernar la corrupción sería desterrada de México, que todo lo que necesitábamos era un presidente que no mintiera, no robara y no traicionara.
Y después de casi 6 años de gobierno, ¿cuáles son los resultados que conocemos?
La sociedad se encuentra totalmente dividida, pues el presidente, en lugar de buscar la unidad de los mexicanos, se ha dedicado a incentivar la confrontación de unos contra otros. Nunca como antes, desde la silla presidencial, se ha etiquetado a unos como buenos y otros como malos, el encono entre los llamados fifís y los señalados como chairos es cada vez más grande, ahora, si no estás con la 4.a transformación eres un conservador y enemigo de la nación, si eres un emprendedor te conviertes en un ambicioso enemigo de los pobres, y así una serie de enfrentamientos entre los diferentes sectores de la sociedad.
En materia de seguridad pública los resultados son más que desastrosos, pues con datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO) proporcionados el pasado 14 de mayo, durante el gobierno de López Obrador han desaparecido más de 50 mil personas; al 26 de mayo de este año, las diferentes fiscalías del país han registrado la estratosférica cifra de 188 mil 136 homicidios dolosos cometidos en lo que va del sexenio; cada año son asesinadas en México más de 3 mil mujeres, sin embargo, sólo el 25 % se investigan bajo protocolos de feminicidio y aun así el país se ubica como el segundo con más víctimas por razones de género en Latinoamérica de acuerdo con el Mapa Latinoamericano de Feminicidios de 2023.
A pesar de que en campaña López ofreció que la gasolina tendría un costo al consumidor de 10 pesos, la realidad es que en diciembre de 2018, al inicio del sexenio, el precio de la gasolina regular era de 18.32 pesos y hoy la podemos comprar pagando 23.279 pesos por litro, un incremento de un 28%; y mientras que la tortilla de maíz, producto de consumo básico, la conseguimos a 14.33 pesos al inicio del sexenio, hoy tenemos que pagar la friolera de 30.57 pesos, representando un incremento de 114%; por señalar solo algunos de los indicadores económicos que verdaderamente repercuten en los bolsillos de los mexicanos.
Y así podemos seguir evidenciando datos en materia de educación, salud, gasto público y deuda pública.
Y como la historia lo ha dejado expuesto, la corrupción gubernamental no ha desaparecido durante el actual gobierno, sino que los casos emblemáticos de este sexenio rondan en las habitaciones de Palacio Nacional.
Lejos de estos datos duros, el discurso presidencial sigue siendo muy diferente a la realidad, pues ni el progreso y el bienestar han llegado a las familias mexicanas, tenemos un gobierno que sigue mintiendo, robando y traicionando al pueblo de México, y que quiere escribir una falsa historia de sus resultados pretendiendo, cual vil dictadorcillo, que el día en que fue electo quede marcado en la historia y con ello seguir adoctrinando a las nuevas generaciones.
Es mi opinión, que, como un auténtico personaje de un cuento infantil, López Obrador ha resultado un excelente vendedor de ilusiones, que no da los resultados ofrecidos pero que logra con su retórica embaucar a millones de mexicanos que siguen esperando con paciencia lo prometido. Por eso el presidente fue el mayor activo de la campaña de Morena en este 2024.
Mientras siga habiendo ilusos seguirá habiendo ilusionados.
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