Un peligro de corte mundial

En la historia universal, múltiples filósofos y estudiosos de la política y el poder han expresado sus consideraciones sobre aquellos que al detentar el poder público se “vuelven locos” y realizan acciones más allá de sus facultades legales.

Obvio, esta es una de las razones por la que los ciudadanos van perdiendo la confianza en los políticos, pues pareciera que son pocos los que pueden incursionar en esta materia sin salir manchados por la corrupción, la ineptitud o la “locura”.

Y traigo esto a consideración motivado por las diversas actitudes y declaraciones públicas del Presidente Electo de los Estados Unidos de América (USA) de nombre Donald John Trump (Trump).

En noviembre de 2024, una vez ganadas las elecciones presidenciales, Trump señaló su deseo de que USA recupere el control del Canal de Panamá, lo que evidentemente representa una amenaza hacia el país centroamericano que ya reaccionó en contra de esas pretensiones en la persona del canciller de Panamá, Javier Martínez-Acha, quien dijo: “la soberanía de su país en el canal de Panamá no es negociable”.

A inicios del mes de diciembre pasado, Trump dijo que habría de combatir a los cárteles de la droga en territorio mexicano, a lo que la presidente señaló: “no va a haber una invasión, no es un escenario que tengamos en mente. Y de todas maneras tenemos nuestro Himno Nacional”, en clara alusión a lo que señala el himno en cuanto a que “el cielo un soldado en cada hijo te dio” convocando a una posible confrontación armada.

Hace algunas semanas, el 8 de diciembre de 2024, Trump dijo públicamente que estaba contemplando convertir a Canadá en el estado 51 de USA, y a México en el 52, argumentando que ambos países reciben subsidios millonarios de su país. Desde luego que esto es una verdadera barbaridad y que invita a ocuparse en blindarse ante este tipo de locuras y amenazas.

Las reacciones desde los gobiernos canadienses y mexicano no se han hecho esperar, por su parte el Primer Ministro canadiense Justin Trudeau dijo: “No hay ni la más remota posibilidad de que Canadá se convierta en parte de Estados Unidos”, y la presidenta de México Claudia Sheinbaum: “México es un país libre, soberano e independiente”; mostrando ambos su oposición a las intenciones de Trump.

Pero, las amenazas y expresiones ambiciosas y expansionistas de Trump desde la antesala de volver a ser el Presidente del país más poderoso del mundo no han terminado ahí.

Como pendenciero de barrio, el pasado día 6 de enero reanudó sus amenazas de adquirir el control de Groenlandia, que actualmente es un territorio autónomo bajo la soberanía de Dinamarca. Hay que recordar que desde el año 2019 Trump ha manifestado su deseo de que la isla más grande del mundo pase al dominio norteamericano argumentando motivos de seguridad nacional pero que se sabe que realmente se trata del control de los minerales que ahí se extraen.

Como respuesta, la Primer Ministro de Dinamarca, Mette Frederiksen, señaló como “debate absurdo” la discusión de esta pretensión, sentenciando “Groenlandia es de los groenladeses” y haciendo un llamado a la unidad de los daneses en torno a Groenlandia.

Y continuando con sus ocurrencias, el 6 de enero pasado, Trump expresó su deseo de cambiar de nombre al Golfo de México para que ahora se llame Golfo de América, con el simple argumento de que “se oiría muy bonito”, declaración que viene a enrarecer aún más las relaciones con su vecino del sur, pues con poca estrategia la presidenta Sheibaum solo atinó a decir que mejor se le cambie de nombre al sur de los Estados Unidos y que ahora se llame América de México pues también se escucharía muy bien, en lugar de expresarse con la altura de una estadista que defiende los intereses de sus gobernados. A propuesta absurda, respuesta absurda.

Yo opino, cuando el que en unos días se convertirá en el hombre más poderoso del mundo arremete contra la autonomía y los derechos de otros países convirtiéndose en un peligro de corte mundial, solo queda ocuparse seriamente del asunto, no es posible que la respuesta oficial sea en los mismos términos tan absurdos del ofensor, el gobierno mexicano debe tener respuestas más serias que den confianza a los mexicanos. México necesita de gobernantes más serios, que sepan hacer política y que no caigan en las provocaciones del que le hace bullying, sino que tenga el arrojo de demostrar en los hechos y con argumentos legales que el intruso extranjero no tiene la razón ni puede o debe imponerse con la fuerza.

Habremos de ver hasta dónde llegan las amenazas de Trump, si son solo eso o se convierten en una realidad, en vía de mientras, no se trata de ver quien se volvió “más loco” con el poder, sino de quien no pierde la cordura en favor de su país.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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