Un discurso esperanzador el de Adriana Dávila

El pasado lunes tuve la oportunidad de escuchar en forma directa las propuestas y el mensaje que la candidata a la Presidencia del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Partido Acción Nacional (PAN), Adriana Dávila Fernández, dio a los militantes de este Partido Político en Baja California.

Como los miembros del PAN lo sabemos, el próximo domingo 10 de noviembre tenemos la oportunidad de participar en un ejercicio democrático para decidir qué es lo que queremos para el futuro de nuestro partido.

Hay quienes desean que las cosas sigan igual, con dirigentes que continúen con los proyectos y la forma de hacer política de los que se van, pues están conformes con las estrategias que Marko Cortés a lo largo de 6 años ha utilizado para posicionar a nuestro Partido ante la sociedad y como oposición al régimen cuatrotero de López Obrador, o como consideran muchos, simplemente han sido cómplices de las irregularidades habidas y desean seguir haciéndolo.

Pero, habemos muchos otros que deseamos, que exigimos, un cambio al interior del PAN, cambio que curiosamente para algunos resulta desconcertante pues tiene su origen en la idea de regresar a los orígenes del Partido, de volver a vivir internamente los Principios de Doctrina que deben darle cohesión y sustento a nuestras propuestas de políticas públicas, porque necesitamos presentarnos ante los ciudadanos como un Partido que vive la democracia, que respeta la dignidad de la persona humana, solidario e involucrado en los problemas sociales y que muestra en los hechos que esta forma de vida es posible en nuestro país.

Por eso, haber escuchado en forma directa de Adriana Dávila su visión sobre la realidad del PAN, el futuro que necesita vivir y la forma en la que pretende alcanzarlo, me hace ver su discurso con una gran esperanza.

Conozco a Adriana desde hace años, la he visto involucrada en los problemas sociales de nuestro México, conozco de su empuje para lograr que las cosas sucedan, se de su lucha continua por lograr que la democracia interna en el PAN no sea solo un discurso, sino que sea forma de vida diaria y se de su origen humilde y luchón, así como de su deseo de impulsar hasta lograr una vida mejor y más digna para todos. Por eso reitero, escucharla de nuevo, lleno mi panismo de esperanza en que con ella al frente del CEN podemos volver a ser la opción de confianza para los mexicanos.

Hoy Adriana propone volver a tener un PAN cercano a la gente, un Partido que vuelva a las calles, que utilice la tecnología y las redes sociales pero que no se olvide del contrato personal con los mexicanos y sus problemas. Quiere un PAN en el que militen miles de jóvenes que den a México esa esperanza presente que tanto hemos presumido.

Hay que reconócelo, como lo hace Adriana, el PAN en los últimos años no ha sido la debida oposición al gobierno de la 4T que necesita el país, pues hoy en día existen algunos dirigentes y gobernantes impresentables y corruptos que desarrollan su encargo político sentados sin ponerse frente al gobierno y su partido porque tienen en su poder un cerro de carpetas de investigación por negocios irregulares, así no se puede alzar la voz en favor de los ciudadanos. Por eso Adriana propone que al frente del Partido y como candidatos solo haya panistas o ciudadanos de probada honradez con el deseo de servir y no de servirse de la política.

Estos dirigentes y líderes políticos le han hecho mucho daño al PAN y a México, pero, nos dice Adriana, también lo hacen aquellos que viendo la realidad permanecen ausentes y permiten que esas cosas ocurran. Por ello no podemos permanecer ausentes de este proceso interno, pues como dice el dicho “tanto peca el que mata la vaca como el que le detiene la pata”.

Hoy el PAN está ausente de la vida pública, prácticamente somos invisibles ante el ciudadano, así lo vimos en los resultados electorales del pasado 2 de junio, y Adriana ejemplifica la ausencia del Partido en temas como la devastación de las selvas en la península de Yucatán para la realización del capricho llamado Tren Maya, en Guerrero para reclamar la recuperación del Fondo de Desastres y se atienda a los damnificados de los huracanes y en Chiapas para enfrentar a la delincuencia que obliga a nuestros connacionales a huir hacia Guatemala para conservar su vida aunque pierdan sus propiedades.

Es mi opinión, el PAN de hoy se encuentra arrastrando una deuda con México, pues cuando los mexicanos más lo necesitaban dejó de ser el Partido político que representaba una verdadera opción de cambio para todos convirtiéndose en una caricatura de aquel que años atrás sostenía principios humanistas claros y propuestas buenas para todos. Por ello escuchar a Adriana Dávila con ese empuje y claridad me hace pensar en que la lucha por la democracia interna en el PAN no está perdida, que los Principios de Doctrina que le dieron origen y que son universales y para siempre, pueden recuperarse, que el PAN que llevo en mi alma puede volver a ser realidad.

Invito a mis compañeros de Partido a analizar si seguir en el rumbo que actualmente tenemos es lo correcto o volvemos a nuestros orígenes con Adriana, y que el 10 de noviembre actuemos en conciencia y en consecuencia.

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