Vergüenza debería darle a López Obrador aparecer en actos con una runfla de impresentables, amigos suyos, como Alberto Anaya, dueño del PT; Leonel Godoy, exgobernador de Michoacán; Greg Sánchez, exalcalde de Cancún, que fue encarcelado por nexos con el narco, y Marcelo Ebrard, el máximo expoliador del gobierno capitalino.
Y ahora resulta que Andrés Manuel conspira contra nuestra democracia con Vladimir Putin, según evidencias expuestas en el Senado de EU y por el general M. R. Mc Master, asesor principal de seguridad en Wáshington.
Un análisis muy serio del periodista mexicano León Krauze, destacado en Los Ángeles, California, aduce las cada día más fuertes denuncias de que Putin influye en los comicios de los países occidentales, mediante las redes sociales, incluido México, y llevan a concluir que Rusia chantajeó a Trump con sus escándalos sexuales, incluido uno con prostitutas en Moscú, para presionarlo a permitir su injerencia en la elección estadounidense en favor de Donald y contra Hillary Clinton.
No extraña tal maniobra de Putin, misma que ha empleado en las dos últimas décadas para erosionar la democracia soviética en su provecho, lo que le permitió buscar su tercera reelección, según anunció unas semanas atrás.
Así mismo intenta desestabilizar gobiernos que le son adversos, como se cree que hizo con Ángela Merkel en Alemania, cuya votación bajó y le ha dificultado formar una coalición de gobierno para mantener el poder.
Así debilita a la Unión Europea, a la que Vladimir considera un fuerte obstáculo para convertirse en el líder mundial.
Se cree que hasta influyó en el Brexit de Gran Bretaña y en los comicios de Holanda, Italia, Francia, España y en los separatistas de Cataluña.
El senado de EU estima que Putin emplea un sofisticado sistema que promueve la desinformación, erosiona la discusión pública, desprestigia la verdad y los medios informativos, exalta la emoción y la irritación social a través de las redes digitales y desestabiliza la democracia, en beneficio de las dictaduras.
Eso ayuda a Putin a reforzar la oligarquía que encabeza para convertirse en el moderno zar de todas las Rusias y resucitar la URSS.
La llamada de atención llega a tiempo a México, según servicios de inteligencia, observadores profesionales, académicos y empresas privadas que siguen la elección presidencial. El general M. R. Mc Master asegura que la amenaza rusa de intervenir en la elección mexicana es cierta, y lo sabe el INE; por eso debe actuar y rastrear la denuncia del Senado de EU, y los candidatos evitar contactos con personas e instituciones sospechosas que los hagan cómplices.
En especial Andrés Manuel, subraya Krauze, porque su simpatizante y propagandista en EU, John Ackerman es empleado de una maquinaria de publicidad de Putin que edita “Russia Today” y autor de videos y textos de proselitismo velado en los que llama a “la Batalla por México”, y hasta tuvo que registrarse en el Departamento Norteamericano de Justicia como “agente extranjero”.
Por si fuera poco, López Obrador nombró a Irma Sandoval, esposa de Ackerman, una reputada académica mexicana, dentro de su gabinete como secretaria de la Función Pública.
El “Washington Post” ya aludió al caso Sandoval-Ackerman y a que “Russia Today” llama a éste “nuestro hombre en México”.
Se impone, por tanto, una rápida y convincente acción del Peje al respecto, si quiere que no se le acuse de antipatriota, traidor a nuestra democracia. De lo contrario él mismo validará aquello de que es “un peligro para México” (que tanto le irrita) y mostrará que está dispuesto a todo para que en ésta su tercera elección sea la vencida, según lo ha pregonado.
Y confirmará que es amigo de Putin y está en su juego de sabotear la democracia de muchos países para erigir dictaduras, como la que éste busca establecer al restituir la URSS.
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