En la primera parte de este artículo se hablaba de las diversas manifestaciones sobre la sexualidad humana, tanto a nivel cromosómico, como a nivel gonadal, a nivel hormonal, a nivel genital, e incluso se decía que existen algunos autores que argumentan que la configuración del cerebro humano sigue pautas distintas en el varón y en la mujer, en donde la conexión de los hemisferios cerebrales en la mujer estaría ligeramente más unida que en un cerebro masculino.
El cuerpo humano está total e intrínsecamente sexuado, pero la persona humana no es sólo cuerpo humano, es unidad biológica con una dimensión psico-espiritual, es decir, la persona humana sigue un desarrollo biológico que condiciona, no determina, al desarrollo psico-espiritual.
Tal dimensión psico-espiritual se encuentra sexuada al igual que el cuerpo humano, pero su carácter sexuado sigue pautas distintas a la determinación de la sexualidad a nivel biológico. En efecto, lo sexuado en el cuerpo humano sigue un determinismo biológico que tiene su punto germinal en el tipo de espermio, sea X o Y, que penetra en el óvulo; asimismo, las manifestaciones de sexo a nivel gonadal, a nivel hormonal y a nivel genital siguen ritmos de desarrollo biológico que están determinados. Pero en la dimensión sexual a nivel psico-espiritual humana no existe un mecanismo que la determine, sino que se va determinando por factores sociales, educativos y por la libertad de cada persona.
Si lo sexuado en la persona humana en los aspectos biológicos está determinado de tal modo que se nace varón o mujer, lo sexuado a nivel psico-espiritual está condicionado, no determinado, por lo biológico y se hace determinable por factores sociales, educativos y por la libertad individual. La persona humana nace varón o mujer por su dimensión biológica y se hace varón o mujer por factores educativos y sociales, existiendo un ámbito de libertad individual en donde cada persona asume libremente ser varón o mujer.
Dada la base biológica de ser varón o mujer, se sigue la determinación de lo varonil y lo femenino en la persona humana por una educación y una serie de roles sociales que marcan una pauta de distinción para lo masculino y lo femenino que van configurando la sexualidad psico-espiritual, de tal modo que cada persona en lo particular va haciéndose libremente varón o mujer. El papel de la libertad es importante porque en la sexualidad psico-espiritual cada persona va aceptándose, ella misma, como varón o mujer.
La persona humana está intrínsecamente sexuada como varón o como mujer. Lo sexuado en la persona se presenta como un todo integrado. La manifestación biológica de la sexualidad humana en sus distintos niveles es algo determinado que condiciona lo masculino o lo femenino, a ello se le suma la sexualidad psico-espiritual que es determinable por lo educativo, por lo social y por el modo libre de asumir lo masculino y lo femenino que cada persona en lo particular lleva a cabo.
Anteriormente se ha mencionado que lo sexuado en la persona humana se presenta como un todo integrado, pero esta última afirmación exige ser matizada del siguiente modo: lo sexuado en la persona humana debe presentarse como un todo integrado. Se dice debe porque el dinamismo sexual del ser humano se encuentra también condicionado a diversas contingencias que dan lugar a trastornos de la sexualidad, tanto a nivel biológico, como a nivel pisco-espiritual. Dichos trastornos limitan en mayor o en menor medida aquella integridad sexual que debe ser propia de cada persona humana.
A grosso modo, se puede señalar trastornos de la sexualidad humana a nivel biológico cuando en un neonato se presentan genitales masculinos medianamente desarrollados, mientras las gónadas y la carga cromosómica son femeninos; o bien, los genitales son femeninos, mientras que las gónadas y la carga cromosómica son masculinos. Igualmente, a nivel psico-espiritual, dada la influencia de una educación deficiente o de factores sociales que lesionan gravemente la dignidad personal, dan lugar a que una persona no asuma adecuadamente su sexualidad, presentándose los casos de homosexualidad, bi-sexualismo, travestismo o transexualismo.
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