La estabilidad se pone en riesgo cuando hay especulación o incertidumbre. El gobierno de la 4T empezó mal con una incertidumbre legal al cancelar el proyecto del NAIM de Texcoco mediante una encuesta poco significativa.
Dentro de las labores del Estado, además de garantizar la seguridad de sus ciudadanos, está buscar la estabilidad política, social y económica que garantice la paz social.
La estabilidad se pone en riesgo cuando hay especulación o incertidumbre. El gobierno de la 4T empezó mal con una incertidumbre legal al cancelar el proyecto del NAIM de Texcoco mediante una encuesta poco significativa. Votó el 1% del padrón electoral, solo 2 de cada 100 votantes de los 30 millones que votaron por este gobierno lo apoyaron, sin contar las anomalías del proceso.
Lo anterior provocó incertidumbre y desconfianza a nivel internacional, espantando los capitales extranjeros dispuestos apostarle a nuestro país y, de paso, le dio un balazo a nuestro turismo. También fue un plomazo al pie del Tren Maya.
Y es que el Estado tampoco garantizó la legalidad que protestó guardar ante la Constitución. Eso ha generado en materia jurídica una serie de amparos contra varios proyectos, obviamente la cancelación del NAIM de Texcoco y el aeropuerto de Santa Lucía.
Mientras los capitales extranjeros se retiran, estamos a merced de los capitales especulativos, como sucedía en los años 90 del siglo pasado. No se quedarán a producir y solo buscarán ver que tajada sacan ante la incertidumbre legal y política.
Empero, ahí no queda la cosa. En días recientes se dio a conocer un crecimiento de 0.1%, el cual el jefe del ejecutivo difundió con un triunfalismo que nos hace recordar a Luis Echeverría o a José López Portillo. Se dice que fue menos, lo cual, para fines prácticos, no importa.
Asumamos que realmente se creció el 0.1% en una economía donde, tanto la cancelación del NAIM Texcoco como el Medio Ambiente, en este caso el fenómeno conocido como el sargazo, afectó el turismo.
Junto con otro sector, el de la construcción, considerados como industrias tractor o motor de la economía, pues se siente la contracción a nivel nacional. No estoy contando los problemas industriales en Tamaulipas, así como el cierre de ciertas industrias.
En general estamos contraídos, y la gente lo está viendo, viviendo y percibiendo. Sin contar que los recortes presupuestales también nos han afectado. Dentro de éstos, recordemos, se despidió masivamente a personal en todas las áreas y dependencias del gobierno. Añado la cancelación de programas que generan derrama económica.
Ya hice el comentario sobre los abogados y litigantes que puede no irles mal en este sexenio. Con violaciones claras a las leyes, pues estarán haciendo su agosto. Hay otro sector de servicios que también lo está haciendo; las financieras.
Ante la falta de dinero, las sociedades financieras están otorgando créditos necesarios ante la falta de liquidez en la economía por los recortes presupuestales. El problema radica en que si el gobierno no garantiza una estabilidad económica corremos el riesgo de entrar en crisis y recesión.
Es decir, que, si crecimos algo, fue por el sector servicios, más no el productivo. Por ello, luego no nos quejemos de los bancos, financieras o leguleyos, recordemos que 30 millones de personas eligieron a este gobierno.
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