Con la decisión de los senadores Ernesto Cordero Arroyo, Roberto Gil Zuart, Javier Lozano Alarcón, Jorge Luis Lavalle Maury y Octavio Pedroza Gaytán de apoyar al PRI para que Cordero presida al Senado en el nuevo año legislativo, se adelantó el cumplimiento de la predicción de Felipe Calderón de que el PAN se dividiría.
Al inicio del sexenio se acordó que en ese lapso presidiera la Cámara Alta un miembro del PAN; el líder de su fracción, Fernando Herrera Ávila propuso que las senadoras Laura Rojas y Adriana Dávila lo hicieran 6 meses cada una.
Mas el coordinador priista Emilio Gamboa las tildó de incompetentes; promovió a Ernesto Cordero, ex secretario de Hacienda de Calderón, y se vio que lo convino con dichos senadores albiazules, a cambio de su apoyo al “pase automático” de Raúl Cervantes, titular de la PGR, a la Fiscalía General, que está por crearse, par blindar a Peña Nieto por 9 años y que continúen la injusticia, corrupción e impunidad.
Dichos senadores albiazules niegan tal acuerdo, pero es evidente que Peña desea golpear más al líder nacional del PAN, Ricardo Anaya contra quien emprendió una campaña difamatoria y calumniosa mediática, sobre todo a través de “El Universal” y sus gacetilleros, porque el PAN decidió negarle tal acceso a Cervantes.
El PAN con Anaya respalda el reclamo que la sociedad civil plateó la semana pasado en el Ángel de la Independencia, a través de 216 Ongs, que rechazan el “pase automático” del titular de la PGR a la Fiscalía General, pues se ve el intento de Peña Nieto de darse autoimpunidad y proteger a los exgobernadores pillos miembros de su banda.
Cervantes haría que la Fiscalía naciera sometida a Peña, pues fue su abogado en la campaña electoral, es primo hermano de Humberto Castillejos Cervantes, el consejero jurídico de EPN, quien hace poco se separó del cargo (para ser promovido a ministro de la Suprema Corte) pero de hecho sigue ejerciéndolo tras bambalinas.
La militancia priista de Raúl Cervantes es patente: fue secretario jurídico el CEN con Roberto Madrazo, es senador priista con licencia, antes de pedirla presidió la cámara y ésta lo ratificó como Procurador de la República con aplauso, por haberse desempeñado muy bien en el Senado.
Quizá no acepte la fiscalía por pudor elemental y lo cuestionado del nombramiento, pues llegaría muy desgastado; aunque tal vez lo haga por disciplina política.
Dichos senadores panistas negaron haberse comprometido a respaldar la designación de Cervantes; Gil Zuarth y Cordero criticaron a Anaya, pues –según ellos- se escuda en su partido para rebatir las imputaciones calumniosas, del gobierno, y Gil salió con que la Cámara de Diputados aprobó el XVI artículo transitorio constitucional, que consagra el “pase automático”, el 10 de diciembre de 2014, cuando Anaya era miembro de ella.
Eso es falso, entones PAN y PRD rechazaron las presiones del PRI para que aprobaran la ley respectiva y propusieron al Senado eliminar el “pase automático”. Pero esta cámara no lo eliminó, y hoy PRI y PV lo resucitan para que Peña se autoblinde antes que termine su gestión.
En San Lázaro el PAN, con PRD, Morena y Movimiento Ciudadano, bloqueó la elección del priista Juan Carlos Ramírez Marín como presidente de la Cámara de Diputados, y al no renovarse la directiva de ésta, encabezada por la diputada María Guadalupe Murguía Gutiérrez, quedó provisionalmente al frente, en espera de que el día 5 se desbloquee la elección.
Bien sabido es que Cordero es amigo de Luis Videgaray y de J. Antonio Meade, quien fue su subsecretario de Hacienda, y Gil Zuarth ha recibido muchos beneficios económicos y políticos al negociar con el gobierno.
En el fondo está la disputa por la candidatura presidencial del PAN: Felipe Calderón había predicho que si su esposa Margarita Zavala no resultaba la candidata, su partido se escindiría, y esto se adelantó para beneplácito del PRI-gobierno, que busca favorecer a quien señale el “dedazo” de EPN, así ayude a López Obrador.
Por los senadores panistas disidentes, Gil Zuarth y Cordero acusaron a Anaya de tender una “columna de humo” con el nombramiento del Fiscal General para tapar su fortuna “mal habida”; Margarita Zavala lo culpó de la elección de Cordero como presidente del Senado y dijo que debe renunciar como líder del PAN.
Gil Zuarth deslizó que Anaya ya inicio el proceso para expulsarlos del PAN; lo que es falso y ojalá no se llegue (aunque desoyeron una indicación de su directiva) pues entonces la división albiazul podría resultar insuperable.
Peña y López Obrador están de plácemes, porque los propios panistas debilitan al partido opositor más fuerte. Recordemos aquello “divide y vencerás”.
El Peje ya inventó otro disfraz para hacerle el juego al PRI: la Unidad por la Prosperidad del Pueblo y el Renacimiento de México, así hará que los legisladores de Morena voten por el PRI-gobierno para que éste logre la aprobación de sus proyectos de ley, como el famoso “pase automático”.
¿De a cómo será la tajada para Amlo, que no da paso sin huarache, llevado de su “honestidad valiente”?
En 2018 los mexicanos elegiremos 3,326 cargos, entre ellos al Presidente del país, 9 gobernadores, 128 senadores y 500 diputados federales, en comicios que se prevén los más ríspidos y competidos de la historia.
De esos 3,326 puestos 2,607 lo serán en 30 elecciones locales. En 7 estados podrán votar los paisanos que viven en el extranjero; se instalarán 156 mil casillas, que serán atendidas por un millón 400 mil funcionarios electorales, y se imprimirán 520 millones de boletas.
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