Es muy frecuente que nosotros los mexicanos constantemente nos cuestionemos las razones por las cuales aún no alcanzamos un verdadero desarrollo como las naciones del primer mundo. Escuchamos y nos decimos que tenemos todo para lograrlo, pero algo nos frena. Y las respuestas han sido múltiples y variadas, las soluciones de iguales maneras múltiples y variadas pero la realidad es que no avanzamos ni logramos el anhelo de ser potencia.
Y escribo esto porque ahora que estamos en un proceso electoral para decidir el futuro de México lo que más suena, lo que más preocupa y lo que más se ofrece es seguir con las dádivas, seguir con los apoyos sociales, el debate y la preocupación que existe es ¿Qué pasará con los programas sociales que regalan dinero? Cuando deberíamos ver realmente que política económica y social debemos tener para acabar con programas sociales que no han funcionado y no nos han sacado de la pobreza y del atraso.
No estoy en contra de los programas sociales, ya he escrito en una o dos ocasiones sobre el tema, pero sí estoy en contra de los programas sociales que no sacan a las personas de la pobreza y que no funcionan para que tengan mejores condiciones de desarrollo. Los programas sociales deben ser temporales, la razón porque deben lograr su objetivo en un tiempo determinado, deben ser focalizados a quien realmente los necesita, deben regionalizados y sobre todo con amplia visión subsidiaria o sea que el más fuerte no haga lo que el más débil pueda hacer sin dejar atrás la solidaridad.
No podemos olvidar que los recursos que usa el gobierno para los programas sociales son recursos económicos que provienen de los impuestos de los ciudadanos que son productivos, no olvidar que mucho de lo que toca dar al gobierno no son dádivas del Ejecutivo en turno, no es una graciosa concesión el ofrecer dinero y mucho menos debe ser usado de manera tan ruin e indigna para usar la necesidad de la gente para obtener votos.
Las políticas públicas que se generen para que los ciudadanos tengamos una vida digna deben estar encaminadas no solo a la dádiva, deben ser acciones perfectamente consensadas entre el gobierno y la ciudadanía, deben ser acciones coordinadas entre los tres órdenes de gobierno y deben ser dialogadas y promovidas por los Poderes Ejecutivo y Legislativo. Con toda la participación de los actores indicados volvemos las políticas verdaderamente públicas.
Las épocas electorales no deben ser épocas de regalos de dinero, de incrementar las cantidades otorgadas en los programas sociales. Estas épocas electorales deben ser para que los aspirantes a gobernar realmente hagan propuestas que generen el Bien Común, debe ser una época de compromisos para el trabajo conjunto de ciudadanía y gobierno, deben ser épocas para escuchar que programas pueden lograr el mejor desarrollo humano.
Como me gustaría escuchar más a los candidatos hablar de lo que harán para que los mexicanos realmente logremos salir de la mala situación que en general vivimos. Que se recordara en sus propuestas los parámetros que mide el CONEVAL para la medición de la pobreza. Y cada orden de gobierno hiciera lo suyo para que haya alimentos, salud, educación, agua potable, alcantarillado, seguridad social, empleo con mejores ingresos, luz, telefonía, en resumen el fenómeno multidimensional. Esto comprende aspectos relacionados con las condiciones de vida que vulneran la dignidad de las personas, limitan sus derechos y libertades fundamentales, impiden la satisfacción de sus necesidades básicas e imposibilitan su plena integración social.
En mi opinión lo que ahora debemos tener como política pública para superar los problemas en la política económica es seguir las bases de la Economía Social de Mercado de Ludwig Erhard. Y dicha propuesta de economía se resume muy bien en la proyección de Principios de Doctrina del PAN del 2002 que habla de una Economía Social de Mercado en la que subordina sus decisiones a la ética y parte del hombre, su dignidad y sus derechos. Impulsa el espíritu emprendedor buscando el mayor número de personas a la propiedad de los medios de producción.
Siguiendo con esas ideas de la Doctrina del PAN destacar que las políticas públicas que nacen del humanismo económico buscan promover el desarrollo integral. Para ello es fundamental la inversión de recursos públicos y privados en la formación y desarrollo integral de las personas y específicamente en los rubros de educación, salud, vivienda, seguridad social y calidad de vida. Una reorientación de la actividad productiva en los sectores afectados.
Eso debemos exigir a los aspirantes y no que nos digan cómo van a regalar más dinero que no se tiene.
Sí a los programas sociales asistenciales, pero con proyectos que generen ingresos definitivos y crecimiento del conocimiento para trabajar.
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