Los migrantes han sido definidos con adjetivos muy negativos, pero al final de cuentas solamente son personas como nosotros en busca de salir adelante de la situación en la que se encuentran.
Cuando hablamos de migrantes no sólo tenemos que pensar en números, porque son personas con su historia, cultura, sentimientos y anhelos. Son personas que necesitan protección.
Los migrantes tienen la fragilidad de todo ser humano que busca satisfacer sus necesidades humanas dentro de su territorio, o más allá de las fronteras nacionales originarias.
Los migrantes necesitan protección continua, independientemente de la situación legal que tengan. Sus derechos fundamentales y su dignidad deben ser protegidos y defendidos.
Atención especial deben tener los migrantes niños y sus familias, que son víctimas de las redes del tráfico de seres humanos y los que son desplazados por conflictos y desastres naturales.
Los migrantes esperan que tengamos el valor de acabar con la complicidad cómoda y muda que agrava su situación de desamparo, y que les prestemos atención y dedicación.
Necesitamos dejar de considerar a los migrantes como una amenaza a nuestra comunidad, y valorarlos como quienes con su experiencia de vida y sus valores pueden aportar mucho y contribuir a la riqueza de nuestra sociedad.
Para dar respuesta al fenómeno de la migración actual, se requiere colaboración de la comunidad internacional, porque es de dimensión transnacional, muy por arriba de las posibilidades y medios de muchos países.
La colaboración internacional es indispensable en todas las etapas de la migración, desde el país de origen hasta el país de destino, y facilitar el regreso y el cruce de los límites de los países.
En cada uno de estos pasos, el migrante es vulnerable, se siente solo y aislado. Tomar conciencia de esto es de importancia fundamental.
Si se quiere dar una respuesta concreta y digna a este reto humanitario, los países deben acoger a todos los migrantes que puedan integrar, acompañarlos, educarlos, darles trabajo e integrarlos.
Hay gobiernos que se preocupan de que los migrantes no caigan en las manos de los traficantes humanos, y eso requiere la cooperación de los gobiernos de la región.
Por el momento los gobiernos deben ponerse de acuerdo para ir adelante con esta emergencia.
En nuestra realidad el problema migratorio es muy grande, inclusive al interior del país mucha gente deja el campo porque no hay trabajo, y se va a las grandes ciudades.
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