El pasado fin de semana México se pintó de rosa con la presencia de cientos de miles de mexicanos y mexicanas que recorrieron las calles de más de 100 ciudades a lo largo y ancho de nuestro país, llenando las principales plazas cívicas y puntos de concentración ciudadana.
Fue una expresión de libertad, de deseos de cambio, de ciudadanos que ante los comicios del próximo 2 de junio piden, exigen y reclaman seguridad, libertad y certeza para poder ir a votar por los candidatos de su elección.
Bien es sabido que la expresión de colores sirve a la sociedad y a los individuos como una forma de dejar claro un estado anímico, por ejemplo, con el blanco expresamos alegría y pureza, así como que con el uso del color negro mostramos formalidad y respeto.
Según la empresa española Isaval especializada en pinturas, “el rosa claro destaca por su delicadeza, sutileza y su profunda conexión con la conciencia social… nos invita a reflexionar sobre la importancia de la igualdad y la lucha contra la discriminación… simboliza la solidaridad y el respeto hacia todas las personas… es un color que nos recuerda la necesidad de construir una sociedad más justa y equitativa.”
Y saco a colación esta definición por la polémica desatada por la Presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE) al solicitarle a la candidata presidencial Xóchitl Gálvez Ruiz no utilizar este color, particularmente en la marcha del pasado domingo 19 convocada por diversos organismos de la sociedad civil.
En México, si bien es cierto, el INE normalizó el uso del color rosa como identificación del instituto, también es cierto que los colores no pueden ser exclusivos de nadie y la prohibición no tiene sustento.
Pero también se debe recordar que las asociaciones de la sociedad civil se unificaron por primera vez en defensa del propio INE y por lo mismo, en apoyo a la institución, se utilizó el color rosa en sus concentraciones, popularizándose el término de “marea rosa” que ahora nadie puede negarles, aun cuando su más reciente expresión pública haya sido en favor de la mencionada candidata a la Presidencia de México.
Por lo que prefiero quedarme con la idea de la empresa española y que lo que la marea rosa expresa en las plazas es conciencia social, que ante la división social impulsada desde Palacio Nacional busca la igualdad de los mexicanos. Que es símbolo de solidaridad con los más necesitados, con aquellos que ante la falta de un sistema de salud competente sufren todos los días desgaste en su salud; solidaridad con los familiares de las víctimas de la delincuencia organizada a la que el presidente pide abrazar; una marea rosa que se solidariza con los perseguidos del régimen, con los periodistas acosados y perseguidos, una marea rosa que se expresa en las calles consciente de que necesitamos construir una sociedad más justa y equitativa.
Sin duda el pasado fin de semana México se pintó de rosa, y la sociedad civil ha expresado la urgencia de un cambio de régimen, que termine la llamada 4T y que se consolide la democracia en nuestro país.
Es mi opinión, con esta manifestación de la marea rosa, las condiciones están dadas para que se dé una gran participación ciudadana en los comicios a celebrarse en los próximos días, estoy seguro de que las casillas electorales estarán llenas, la ciudadanía habrá de expresarse en búsqueda del bien común, porque México está pintado de rosa.
Y que ¡Viva México!
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