“No nos vamos a rajar, vamos a sudar la camiseta de aquí al 1 de julio”- José Antonio Meade
Al ver las campañas presidenciales con ojos bien abiertos y sin prejuicios, aparece un panorama fácil de descifrar: Meade no se resigna a perder, Anaya avanza, volvió el Peje intolerante, pues ya no se siente invencible; Margarita y el Bronco hacen su juego, sin ninguna posibilidad.
Hace semanas se prendió la alarma en el sector privado y en otros porque J. Antonio no avanza, y surgieron recomendaciones que mejor se una a Anaya para presentar un frente único contra el puntero.
La discusión encendió los focos: Está muy preparado y con propuestas muy buenas, pero carece de ángel, no le llega a la gente y su lenguaje, a veces atropellado e ininteligible, no le ayuda. Por eso quedó en segundo lugar en el debate.
Además de la loza que carga del desprestigio y fama de corrupto de Peña Nieto, muchos priistas no lo consideren suyo y los partiditos de su alianza PV y Panal no le ayudan, sino le restan votos
El Panal le jugó las contras en Chiapas y quitó al PRI la posibilidad de ganar la gubernatura, y en el Edomex le birló 60 cuadros para completar sus candidatos a alcaldes, que el Trife rechazó; o sea, ni siquiera cubre todas sus candidaturas.
El PRI dice que el Panal tampoco aporta a la campaña de J. Antonio, pues muchos maestros del SNTE prefieren jugar con su antigua jefa, Elba Esther Gordillo, que apoyar a AMLO.
Pero sus aduladores le dicen lo contrario, sus asesores le soplan al oído que va en segundo lugar, arriba de Ricardo y que se enfila a pelearle al Peje la supremacía, con grandes posibilidades de vencerlo.
El se deja engañar. Bien dicen que no hay peor sordo que el que no quiere oír.
Se insiste en que en su cuarto de guerra andan a la greña unos con otros, hay mucha grilla, muchos generales y poca tropa que haga la talacha, y hasta quienes le juegan las contras.
Aurelio Nuño, el coordinador, aparte de inexperto en lides políticas, creyó que debió haber sido el candidato y aun acarició el sueño de sustituirlo, y le cayó como balde de agua fría que Tatiana Clouthier le dijera en un debate en T.V. : Ya resígnate, Aurelio, no se te hizo.
Diario se habla de posibles cambios en el equipo meadista: que Ochoa Reza deja el liderato del PRI, donde no ha servido; que llega de jefe Emilio Gamboa; que sigue Aurelio, pero reforzado; lo que se ve lo más viable porque es gente de Peña y Videgaray.
Por eso salió Claudia Ruiz Massieu de la secretaría general del CEN, con disgusto de su tío Salinas de Gortari. En cambio se vio a Nuño pasear por Polanco con Arturo Elías Ayub, vocero y yerno predilecto de Slim.
Desde hace tiempo se esperaba que el jefe de jefes pusiera orden. Se dijo que lo haría al volver de su gira europea; mas lo hizo para que las cosas siguieran igual.
AMLO metió su chuchara: nada de alianzas, aconsejó a J. Antonio; señal de que tiene miedo.
Al parecer la dupla suprema Peña-Videgaray resolvió: nada de unirse a Anaya, ni formar bloque antipeje; tú sigue delante, y Pepe Toño volvió a envalentonarse, a decir que la pelea es entre él y Obrador y que éste debe resignarse porque lo va a vencer.
“No nos vamos a rajar, vamos a sudar la camiseta de aquí al 1 de julio”, profirió.
Los empresarios consultaron al presidente consejero del INE, Lorenzo Córdova sobre una posible alianza. Respondió que la ley dice que hasta 30 días antes del día de la elección puede sustituirse un candidato o registrarse una alianza, para que surtan efectos.
El tiempo voló, el plazo se cumplió este lunes 30 de abril, y no pasó nada.
Parece que el PRI-gobierno agotó todos sus cartuchos para destrozar la candidatura de Anaya, ¿o echará mano de otros para que deje de hacerle sombra a Meade y herede el segundo lugar en las encuestas?
Con que el plan Peña-Videgaray no sea otra elección de Estado, como en Edomex y Coahuila, donde echó toda la carne al asador: con dinero del erario, desfile abierto de funcionarios y descaro al tope.
Se correría el riesgo de desatar el tigre que AMLO mencionó a los banqueros, y llevaría a una guerra civil, para la que el Peje tiene preparadas sus huestes de narcos, ejércitos populares, las diversas CNTEs, los huachicoleros, en fin las mafias que integran su gran cartel. Tal es la razón por la que les prometió amnistiarlos.
Veríamos a los frentistas de Anaya-PRD-MC adherirse a la protesta –claro- sin unirse a la asonada, y México se convertiría en un pandemónium.
Se rompería nuestra incipiente democracia, el país se polarizaría aún más, y quién sabe en qué pararía el México que con tanto trabajo hemos reconstruido.
¿Vale la pena? ¿No será mejor la unión de los candidatos mencionados, aunque ya no dentro del plazo legal, y promover el voto útil y el estratégico para darle otra oportunidad al país, que no merece la dictadura populista Lopezobradorista?
¿Margarita promovería, en conciencia, que sus partidarios se unieran a ese bloque?
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