Los medios influyen, no determinan

Los medios de comunicación influyen, pero no determinan el rumbo de una elección. Hay varios ejemplos en donde los locutores y comentaristas de la radio y la televisión hablan de un candidato en buenos términos y lo impulsan mediáticamente, pero el resultado es contraproducente, en lugar de ayudar a la causa del candidato o candidata, más bien sólo contribuyen a crear falsas ilusiones, o un espejismo, como lo hemos llamado en otras colaboraciones. Un espejismo que distorsiona la realidad del candidato, de su equipo más cercano y el de sus seguidores más fieles. Confunden la realidad, con lo que los medios dicen.

Los medios informativos y las redes sociales son muy valiosos, pero no determinan el rumbo de una elección. Suelen influir e incluso impactar el mundo de las élites, pero los ciudadanos desconfían de los medios dominantes y sobre todo de algunos de sus comunicadores, de sus intelectuales; simplemente los perciben lejanos a los intereses del pueblo. Los ubican como parte del establishment y que sólo intentan quedar bien con el poder político o económico. En muchas ocasiones la opinión publicada en los medios de comunicación no tiene nada que ver con las preferencias de una buena proporción del electorado.

Y esto ahora es bastante claro en las elecciones de Estados Unidos, mientras los principales medios de esa nación daban grandes espacios al juicio de Donald Trump, y creían haberlo puesto contra las cuerdas; sus emisiones eran ampliamente replicadas en los medios de otras naciones: el villano es Donald Trump. Sin embargo, después de que un jurado lo encontró culpable, la reacción de vastos públicos de norteamericanos no fue de rechazo, fue de un mayor respaldo y alcanzó una recaudación más grande de fondos para su campaña ese mismo día.

Muchos norteamericanos tienen casi dos años advirtiendo que Joe Biden se encuentra mal de salud, en las redes sociales se habían publicado esos lapsus que mostraba el presidente de Estados Unidos en público y que eran cada vez más frecuentes. Sin embargo, los grandes medios de esa nación preferían ignorar el suceso, como ignoraban las acusaciones que se iban agravando contra su hijo Hunter Biden. Para muchos, desde tiempo atrás, era evidente que el presidente Biden no estaba ya capacitado para gobernar ese país y que había conductas escandalosas de Hunter, aunque los poderosos medios preferían voltear hacia otro lado, centrándose en las acusaciones contra Trump.

Tuvo que venir el debate adelantado en CNN para que todos vieran en tiempo real, de lo que ya se hablaba fuera de los medios dominantes, la forma lastimosa como el presidente Biden no lograba articular ideas coherentes ni respuestas contundentes frente a su adversario. La campaña de Trump no tuvo que hacer mucho, simplemente editó un video de un minuto con esas expresiones de Joe, sin decir nada más. Fue hasta ese momento que los poderoso medios hablaron de “pánico” en el partido demócrata y de que habrá que reemplazar al presidente norteamericano en la contienda por la presidencia.

Pero si Joe Biden se encuentra en esas condiciones físicas y mentales, entonces ¿a quienes convenia tenerlo así en el poder? Da la impresión de que los mismos demócratas lo llevaron al escenario del debate, y conociendo como nadie ese estado de salud, lo mostraron de manera temprana, para dar tiempo a sustituirlo.

Como sea el debate norteamericano fue lastimoso por donde se vea. El tema no es la edad, sino las condiciones presentadas para que ahora la élite se deshaga de su presidente candidato. Muy lejos ha quedado aquel debate donde la edad de Ronald Reagan se cuestionó también. El presentador le preguntaba a Reagan que, si por su edad estaba capacitado para gobernar, el respondió:

“Yo prometo que no haré de la edad un tema de campaña, no voy a explotar con propósito político la inexperiencia y juventud de mi contrincante…”. Todo el mundo estalló en risas, hasta el presentador y el contrincante. Y La edad no fue parte del debate político y Reagan se mantuviera en la Casa Blanca.

En política los amigos son de mentiras y los enemigos son de verdad”

Porfirio Díaz.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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