Cuidado con los cambios que quiere hacer otra vez con sus reformas al Sistema de Justicia si lo permitimos vamos a llorar aún más.
Andrés Manuel llegó a la presidencia de México con 30 millones de votos y el carro completo del Congreso de la Unión. Votos que en su mayoría fueron de personas enojadas, personas que sin razonar mucho le dieron la oportunidad a otro que podría ser distinto, muchos hicieron el juego del ensayo y error para probar, y claro muchos por convicción.
Tan fue una elección rara que vemos a connotados expriistas, expanistas, experredistas en ese movimiento de esperanza, más bien lo que veo que se sumaron a un oportunismo político sin precedentes en México. No podemos olvidar que el ADN político de Andrés Manuel es el del PRI populista, corrupto, de los años 70. Se formó con gente como Echeverría. Abandona las filas del PRI por enojo al no tener la candidatura que esperaba, clásico en él, y se dedica a ser un “revolucionario” se dedica a enarbolar las causas de los desposeídos, de los mártires del sistema del que formó parte. Empieza a señalar enemigos y culpables.
La popularidad del político en eterna campaña crece a tal grado que con ilegalidades llega a ser el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, así se llamaba en el 2000, y se vuelve en el ejemplo a seguir de la pseudoizquierda de México. A partir de ese momento empieza su campaña para lograr su sueño de poder más grande: la Presidencia de México.
Después de dos campañas fallidas en donde claro siempre le robaban, gana la presidencia de México. Curiosamente con ayuda de Peña Nieto que se dedica a robarle la presidencia a Anaya y ahora sí no dice nada de fraude electoral, al contrario alaba a EPN. Pero lo grave es que llega con discursos de ocurrencias, con mentiras, con propuestas irreales, con demagogia, llega explotando las necesidades del pueblo. Y la ciudadanía que le da el voto se lo compra.
Es un político hábil, es un político como los del viejo sistema que no le importa mentir, que no le importa gritar que es la esperanza de México. Hoy se ahoga en sus palabras, hoy se ahoga en sus mentiras, pero su egolatría y su soberbia cobarde le impiden dar marcha atrás, le impiden recomponer el rumbo. Hoy muchos de esos millones de votantes que tuvo ya no confían en él.
López Obrador no entiende que ya no está en campaña, no entiende que lo que dice y hace tiene repercusiones en la vida diaria de los mexicanos. En sus mañaneras y en sus giras sigue arengando al pueblo contra el pueblo, sigue distrayendo a los ciudadanos con ocurrencias, sigue presentando políticas públicas sin soporte legal y operativo y mucho menos financiero.
Como en campaña puede prometer salud para todos al 100% y al 100% gratis, acabar con la inseguridad en un año, crecimiento económico del 6% no del 4% luego dijo, empleos dignos, política social que acabe con la desigualdad, vender el avión presidencial, justicia, acabar con la corrupción, democracia y respeto etc… Todo eso lo dijo durante 12 años, ahora lo sigue diciendo, lo que olvida es que ya no lo tiene que decir, lo tiene que hacer. Debe presentar políticas públicas y planes de acción que realmente lleven a lograr lo que tanto gritó y sigue gritando.
La realidad es que tenemos a un charlatán que mal gobierna, tenemos a un títere de Trump haciendo lo que éste le dice como el caso de los migrantes, como el caso de Evo por ejemplo. Tenemos un Ejecutivo que no ejecuta, que solo tiene ocurrencias y que nos aísla del mundo en evolución, ejemplo por segundo año consecutivo no acude al Foro de Davos y ya es México una nación criticada y que pierde inversiones.
Saca ocurrencias como bolas de humo para distraer como la rifa del avión, él sabe y sus colaboradores de Hacienda lo saben el avión es intocable, está en un arrendamiento. Pero él sigue montado en su macho y lo único que pasa es que a los mexicanos nos está costando millones de pesos. Su capricho y su venganza ocasionan que se pare la obra tan necesaria como el NAIM y otra vez daño patrimonial. Quita programas de beneficio social y de apoyo a los más necesitados como Estancias Infantiles y Seguro Popular solo por revancha, por ególatra.
Provoca cambios fiscales de terror, en lugar de hacer una verdadera reforma hacendaria que beneficie a México y los mexicanos. No bajan las gasolinas, el gas y la luz. Aumentan la violencia y la inseguridad. Está acabando con la libertad de expresión. No hay un alto a la corrupción. No hay obras públicas federales de infraestructura. No crecemos ni al 1%. Y lo más grave está acabando con las instituciones autónomas de México, entre ellas la SCJN. ¿Recuerdan al diablo las instituciones?
Cuidado con los cambios que quiere hacer otra vez con sus reformas al Sistema de Justicia si lo permitimos vamos a llorar aún más.
Andrés Manuel: ya no estás en campaña, todo lo que haces ahora, para discursos de campaña y atacar a tus contrincantes políticos estaba más o menos bien, pero llevarlo a la práctica es un atentado contra los mexicanos. Y no salgas que eres hombre de palabra y cumples tus promesas. Porque debemos ver que las promesas más fuertes de campaña no las has cumplido, no hay crecimiento económico, no hay más empleo, no hay seguridad, sigue la corrupción, no hay democracia, hay fraudes en votaciones como la elección de la presidente de Derechos Humanos. En fin para tu campaña y ponte a trabajar. Para a tus colaboradores con sus reformas penales y de justicia y ponte a trabajar.
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