Las lecciones de la elección 2023

Como lo comentamos en nuestra colaboración pasada, la marca Morena es por ahora la más sólida en el sistema de partidos. Las marcas PRI, PAN y PRD están muy dañadas ante el electorado, como se mostró en las elecciones mexiquenses, donde votó cerca del 50 por ciento de la población.

Tres lecciones de lo sucedido en el Estado de México:

  1. El abstencionismo sigue siendo la primera fuerza en esa zona del país.
  2. Con el abstencionismo gana el partido que tiene mejor maquinaria para llevar votantes a las urnas.
  3. Los partidos políticos PAN, PRI y PRD tienen el desafío de abrir sus puertas a nuevos rostros, porque a los jóvenes y las clases medias no les gusta que esos institutos sólo ofrezcan reciclar su propia burocracia partidista.

Algo que llama la atención es que en las encuestas de salida se daba una ventaja de hasta 20 puntos a Morena en el Estado de México; sin embargo, los datos del Programa de Resultados Preliminares del Instituto Electoral registraron una ventaja para Morena de 9 puntos aproximadamente. Es decir, hay una diferencia de 10 puntos entre las encuestas de salida y los resultados reales. El fenómeno del voto oculto se alcanza a percibir cuando observamos esos ejercicios estadísticos en una zona grande como el Estado de México.

Con respecto a la elección en Coahuila, el PRI arrasó y obtuvo el carro completo, como en sus épocas de gloria. Manolo Jiménez, como candidato, mantuvo el mensaje estratégico: “formar el gobierno más ciudadano”. Pero el triunfo de Manolo no se explica sólo por el mensaje y su personalidad; hay toda una maquinaria del voto que se trabaja día a día en esa entidad, y sobre todo una conducción política férrea de su gobernador, que desde el año pasado aseguró que el no quería embajadas, como ha sucedido con los gobernadores priistas que perdieron las elecciones de su Estado.

No duden que dentro de poco veamos al actual gobernador de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme, buscar ser el presidente del CEN tricolor. El desafío para el PRI es que muchos de sus dirigentes viven en la cultura expresada por el filósofo de Güémez: “En política, como los frijoles de olla, arriba o abajo pero siempre adentro”; aunque esa olla tenga las siglas de Morena, y ahí está el riesgo, que cuadros priistas sigan fortaleciendo al partido del presidente López Obrador y se desfonde aún más. Así, tal cual, como sucede en Puebla.

Pero más allá de las sesudas evaluaciones sobre estas elecciones, ahora lo más importante es el 2024, el presidente López Obrador va a madrugar y a tener a su candidata o candidato a principios de septiembre para seguir ganando la carrera. Como buen político sabe que la velocidad acaba con el oponente.

Mientras que los dirigentes de la oposición sigan teorizando y le tengan miedo a tener debates abiertos y a primarias, permanecerán atascados en la lucha por la sucesión presidencial. Les urge un método donde los ciudadanos vean y elijan al candidato que les de confianza.

En la oposición hay muertos que no saben que ya están muertos. Pocos líderes políticos saben cuándo deben retirarse; saben en qué momento aportan capital político y entienden que a veces su sola presencia daña más a su causa.

En las elecciones, la gente adora a los outsiders, que no juegan las reglas del régimen ni de las burocracias, que tienen certezas y las comunican con firmeza y de manera directa a los electores. Si la oposición no encuentra el método para sumar a esos ciudadanos, perderá el futuro.

“La victoria tiene mil padres, pero la derrota es huérfana”. John F. Kennedy

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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