Hay elecciones que se convierten en una disyuntiva para los electores y llegan al punto donde sólo se puede elegir entre dos caminos; son las elecciones que se vuelven altamente competitivas. En un proceso así, gana la opción política cuya oferta o mensaje, llega a las conversaciones cotidianas de los ciudadanos; pero también gana el mensaje que transmite emociones entre los electores cambiantes o aquellos que no participan comúnmente en los procesos electorales, es en este target, donde se gesta el triunfo o la derrota.
Vayan algunos ejemplos:
En las elecciones presidenciales del año 2 mil, ganó la oposición a un todo poderoso PRI que nunca había perdido el poder desde su fundación en 1929. La elección la ganó por primera vez la oposición al plantear y dominar la conversación sobre una proclama: “Ya Basta del PRI”. Quieres PRI o ya no quieres más PRI.
La siguiente elección del año 2006, la disputa se volvió a polarizar tanto, que la gente no voto a favor de Felipe Calderón, sino en contra de López Obrador, porque se le mostró “como un peligro para México” y una buena parte del voto útil del PRI, se unió a esta estrategia.
Para las elecciones del año 2012 la disyuntiva giró sobre moralidad contra eficacia, y bajo esa coyuntura, regresó el PRI; porque se presumía que, aunque era corrupto, era eficaz en el poder, sobre todo para contener la inseguridad desatada. Incluso, el partido en el poder ejecutivo, el PAN, se fue a tercer lugar.
Seis años después, en las elecciones de 2018, la oferta ganadora fue acabar con la corrupción; el regreso de la moralidad. Y con la oferta de acabar con la corrupción, bandera que aún saca el presidente todos los días contra sus adversarios, por fin López Obrador llegó a la presidencia.
Hicimos este breve recorrido sobre estas disyuntivas y como se definieron, para hablar de las estrategias en las elecciones del próximo domingo que tendrán lugar en el Estado de México y en Coahuila. Aquí las alternativas se centran en votar por las personas o votar por los partidos. Si la conversación que gana es la de los partidos, ganaría Morena; pero si el mensaje que se impone está centrado en las personas o candidatos, Morena perdería.
Por eso en el norte del país el mensaje de la Alianza va por Coahuila, se centró en la imagen de Manolo Jiménez y su “gobierno ciudadano” y evitar a toda costa hablar del PRI, PAN o PRD. Porque esas marcas tienen una imagen muy deteriorada, no sólo en esa zona de México, sino en todo el país. Eso, más la división de MORENA hace prever que Coahuila llegará a 93 años de gobiernos del PRI. Los morenistas de Coahuila no sólo no supieron hacer mensajes creativos contra el PRI, sino que además se dividieron.
En el Estado de México, por un momento, hicieron bien en no aparecer al lado de Alejandra del Moral, las imágenes de los presidentes de las marcas PRI, PAN y PRD, que cuentan con la imagen menos creíble. La gente en Edomex no votará por esos partidos, en todo caso votará por Alejandra. Y a la inversa, el elector mexiquense no votará por Delfina, votará por MORENA. Y es en esta disyuntiva donde los contendientes debieron centrar su estrategia.
A pesar de las encuestas, en mi opinión esta es la elección está menos definida; aunque Morena hará todo para ganar el Edomex y cuenta con innumerables recursos que le da su posición. Pero lo que si podemos decir es que, si ´participa más del 60 por ciento de la población, la elección se cerrará en favor de la coalición Va por el Estado de México. Y si los votantes switcher (cambiantes) y abstencionistas no salen, Morena logrará conquistar uno de los estados más valiosos por su padrón electoral y sus recursos. El manejo territorial se impone cuando baja la participación en las urnas.
Algo ha ocurrido en las últimas semanas en esa entidad que pone nerviosos a sus actores, lo que provocó el ataque sorpresivo a la marca PRI por parte de Movimiento Ciudadano, y en política no hay casualidades, con el costo político que tendrá para la agrupación de Dante Delgado por hacer la guerra al PRI y favorecer a Morena, a unos días de las elecciones del Edomex.
Coordenadas Finales. Vale la pena apuntar que el partido que gane el Estado de México no necesariamente ganará la Presidencia de la República el próximo año. Desde que tengo memoria “los analistas” y la clase política repite ese sofisma. La realidad es que ni la elección del 2000, ni la del 2006, ni en el 2018 indican eso. Es otra sesuda falacia que nos recetan los “analistas” de la clase política. Las elecciones y la política son complejas, y son muchos factores los que cuentan para cambiar el marcador.
Sobre las encuestas. Es común que cuando en el poder se encuentra un partido fuerte o un titular fuerte, casi casi amenazante, las encuestas le favorecen. La historia es el mejor ejemplo: el dictador rumano Nicolae Ceaucescu, logró congregar a una gran multitud en la plaza central de Bucarest, mientras prometía una subida del salario mínimo, subsidios para más de cuatro millones de niños y el aumento de las pensiones. Horas después perdió el poder y luego la vida.
“En el pasado, aquellos que locamente buscaron el poder cabalgando a lomo de un tigre acabaron dentro de él”. John F Kennedy.
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