Trump en su segundo discurso anual a la nación volvió a desafiar a los demócratas a aprobarle fondos para su muro, e insistió en su velada amenaza de emitir una orden ejecutiva para alzarse con ese dinero, a como dé lugar.
Ningún presidente ha tenido Estados Unidos tan desequilibrado y esquizofrénico, como Donald Trump, que además de llegar tramposamente al poder con respaldo del líder soviético Vladimir Putin, insiste en erigir un muro en la frontera con México y ya siente pasos por su posible destitución y por las puntadas alocadas con que guía a su país y pone en peligro el equilibrio mundial.
Su tercer cierre del gobierno de EU, el más prologado que haya habido, revela que le importa un bledo la buena marcha de su país, sino sólo imponer sus caprichos. Pero no pudo ente el dominio demócrata de la Cámara de Representantes, liderado por Nancy Pelosi, paralizó servicios estratégicos y dejó sin salarios a miles de empleados y sus familias.
En su segundo discurso anual a la nación el pasado lunes 4 volvió a desafiar a los demócratas a aprobarle fondos para su muro, e insistió en su velada amenaza de emitir una orden ejecutiva para alzarse con ese dinero, a como dé lugar.
Inmigración, política exterior, economía, infraestructura, salud y seguridad nacional fueron los seis grandes temas de habló en su discurso del Estado de la Unión, ante el Congreso, presidido por el vicepresidente Mike Pence, la Suprema Corte en pleno, la cúpula de las fuerzas armadas y todo su gabinete.
“Ningún asunto ilustra mejor la división entre la clase trabajadora estadounidense y la clase política estadounidense que la inmigración ilegal”, subrayó. “Los políticos ricos y los donantes presionan por fronteras abiertas, mientras viven sus vidas detrás de muros y portones y guardias”, y enfatizó ‘yo les voy a construir el muro’”.
Cambió de tema: “Apoyamos al pueblo venezolano en su noble búsqueda de libertad”, destacó, “y condenamos la brutalidad del régimen de Maduro, cuyas políticas socialistas convirtieron a esa nación de ser la más rica de América del Sur en un estado de desesperación y pobreza abyecta”.
Recordó que hace dos semanas EU “reconoció oficialmente al gobierno legítimo de Venezuela y a su nuevo presidente interino, Juan Guaidó”.
Anunció que se encontrará con el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un por segunda vez, el 27 y el 28 de febrero en Vietnam, y que era hora de que regresaran a las tropas estadounidenses que están en Siria. Recordó que retiró al país del “desastroso acuerdo nuclear con Irán” (país al que llamó “régimen radical”), pues “Rusia violó reiteradamente sus términos”, también hizo que los EU abandonaran el tratado de fuerzas nucleares de alcance intermedio.
En cuanto al comercio exterior, otro de los temas esperados, informó sobre la imposición de aranceles a las importaciones a China; destacó: “No culpo a China por haberse aprovechado de nosotros. Culpo a nuestros líderes y representantes por permitir que sucediera esa farsa”.
“Tengo gran respeto por el presidente Xi [Jinping] y ya estamos trabajando en un nuevo acuerdo comercial, que debe incluir cambios reales y estructurales, para terminar con las prácticas injustas de comercio, reducir nuestro déficit comercial crónico y proteger los trabajos nacionales”.
Trump habló ante un Congreso muy diferente al que lo escuchó el año pasado referir los logros de su primer año de gobierno y los desafíos para el resto de su mandato. Entonces la mayoría de los legisladores era republicana y el mandatario acababa de promulgar un recorte de impuestos.
Como en las elecciones parlamentarias de noviembre los demócratas recuperasen el control de la Cámara de Representantes, la división política se agudizó. Su exigencia de 5 700 millones de dólares para el muro fronterizo con México no se convirtió en ley, y vino un cierre parcial del gobierno federal de 35 días. La presidenta de la Cámara Baja, Nancy Pelosi, le retiró la invitación a Trump para dar su discurso en ese entonces.
Quiso ponerse conciliador, buscar la unidad y dejar de lado desacuerdos partidistas. “Hay una nueva oportunidad para la política estadounidense, si sólo tenemos el coraje, juntos, de aprovecharla”.
Al aludir a la crisis causada por las caravanas migratorias centroamericanas, llamó a México “Estado sin ley”, dijo que el gobierno mexicano les pone camiones para que lleguen a la frontera de EU; sin importar que el gobierno de López Obrador retenga a todos los migrantes que Trump arroja de su país, mientras se tramita si les otorga asilo en EU.
El magnate neoyorquino recalcó que México representa un peligro para la seguridad nacional. Por eso insistió en la necesidad de construir el muro que divida a su país de México, y anunció que enviará 3 750 soldados más a resguardar la seguridad en la frontera sur.
No pudo olvidarse del fiscal especial Robert Mueller, que investiga sus nexos con Rusia (el rusiagate), y quiso salirse por la tangente: en dos años hemos logrado un avance económico sin precedentes; lo único que puede detenerlo son guerras tontas, la política o las investigaciones ridículas, partidarias. Pero no puede haber guerra e investigación. Simplemente no funciona así”.
Las legisladoras demócratas (vestidas de blanco en honor a que se cumplió un siglo que el Congreso de EU otorgó el voto a la mujer) se pusieron de pie y lo aplaudieron. Entre ellas destacó la más joven elegida, Alexandria Ocasio-Cortez.
Recordó otros 2 aniversarios que se cumplen en 2019, que “nos muestran la majestuosidad de la visión y el poder del orgullo” de los EU: 75 años del Día D, el 6 de junio de 1944, que representaron con su presencia 3 veteranos de la legendaria operación de la Segunda Guerra Mundial, y 50 años del alunizaje, que recordó la asistencia del astronauta Buzz Aldrin. Por eso habló sobre el papel de los Estados Unidos ayer y hoy.
Te puede interesar: Persigue su tigre a AMLO
@yoinfluyo
redaccion@yoinfluyo.com
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com