Andrés Manuel López Obrador a lo largo de su vida política como opositor, tuviera o no razón, se dedicó a acusar la intromisión del gobierno en turno en los procesos electorales, llegando incluso a realizar bloqueos a instalaciones públicas y en 2006 un plantón que paralizó la Av. De la Reforma en la Ciudad de México.
Pero hoy, como presidente de la República, se ha olvidado de sus reclamos democráticos y en todo su sexenio ha sido un actor ilegal en cada proceso electoral federal o local, demostrando que, en el fondo, carece de toda aspiración democrática y que solo busca ejercer un gobierno totalitario, en donde lo importante es él, después él y siempre él.
Es el caso, que en pleno proceso electoral federal en el que se habrá de elegir a quien nos gobernará por los próximos 6 años, para poder seguir mandando en la agenda política de los mexicanos ha anunciado que el próximo 5 de febrero hará la presentación de al menos 10 iniciativas de reformas constitucionales.
De estas, sabemos al menos que por un lado se pretende una reforma a las pensiones de los trabajadores, la desaparición de los Órganos Autónomos Constitucionales y la elección de Jueces, Ministros y Magistrados del Poder Judicial por la vía del voto directo. ¿Qué tiene de particular esto?
Primero, cada una de las iniciativas pudo haberla realizado dentro de los primeros 5 años de su gobierno, pero no, por ser polémicas las presentará en pleno proceso electoral para volver a dividir a los mexicanos en la arena política entre buenos y malos, obvio que el discurso será que los buenos son los que aceptan sus propuestas y los malos, los traidores a la Patria, lo que opinen diferente.
Segundo, para sus seguidores, y comprando todo el tiempo aire en medios de comunicación posibles, el tema ya no serán las propuestas de los Partidos y sus candidatos, sino solo las propuestas de López, confirmándose su egolatría enfermiza.
Tercero, su “corcholata” y demás candidatos que la acompañen, se presentarán como los únicos con la posibilidad de hacer realidad el sueño reformista de su tlatoani, buscando subirse a la ola de la imagen presidencial.
Cuarto, obviamente con ello se tratará de disfrazar la grosera intromisión del gobierno federal en las campañas y se violará el tiempo de silencio que debe guardar el gobernante en turno durante las campañas.
Por otro lado, al estar presentando iniciativas de reformas constitucionales, el presidente López estará tratando de evitar que el Instituto Nacional Electoral le ponga un alto y/o fiscalice los gastos de promoción de estas y las contabilice como gastos de campaña.
Sin duda este presidente disfrazado de demócrata nos está resultando más pillo y sinvergüenza que muchos del pasado. Así quedará en la historia de la democracia en México.
Es mi opinión, que si los mexicanos no abrimos los ojos y denunciamos estas prácticas corruptas en contra de la democracia, estaremos poniendo en riesgo el futuro de un México democrático.
Te invito a valorar lo que hoy tenemos y está en peligro.
En otra ocasión habremos de hablar de cada una de las iniciativas y sus repercusiones, no pasara de que se me acuse de traidor a la patria.
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