Qué tristeza me da el desarrollo que ha tomado nuestra historia reciente con los acontecimientos vividos con los nacionalismos. Ya hemos sufrido bastante ante la intolerancia, la falta de diálogo y respeto entre ideas en el siglo XX para que ahora volvamos con la misma cantinela.
A partir del siglo XIX hasta nuestros días, y de forma paulatina, se iniciaron en nuestra España:
Los Nacionalismos vasco, catalán, gallego, valenciano o valencia, canario, aragonés, aranés, andaluz, Asturianismo, Regionalismo cántabro, murciano, valenciano, balear, riojano, alavés, extremeño, castellano-leonés, manchego, Leonesismo, Sorianismo, Castellanismo, Regionalismo de Andalucía Oriental, malagueño, almeriense, Cartagenerismo, Bercianismo ( El Bierzo), Provincialismo en el Campo de Gibraltar…y quizás se me olvide aún, alguno más.
La aparición de la doctrina y corrientes nacionalistas, aconteció alrededor del siglo XIX, confluyendo con las revoluciones liberales o revoluciones burguesas. En el siglo XX se origina una transformación del nacionalismo afín al fascismo en el trascurso de la segunda guerra mundial y más adelante cuando aparece el proceso de descolonización, aparecieron infinidad de colectivos llamados Movimientos de Liberación Nacional.
No se puede entender aún, en este siglo XXI, que después de tantos cientos de años de convivencia, de tanta historia en común, de tanta riqueza cultural, lingüística, gastronómica, paisajística etc.… compartido entre todos, tengamos que destruirla por ideas obsoletas. Somos mezcla de todos los pueblos que han pasado por nuestra península, los romanticismos nacionalistas, la pureza de la estirpe etc.… no tienen sentido ahora, lo tuvieron en el siglo XIX.
La globalización, los medios tecnológicos, la UE etc.…nos han hecho que estemos más unidos, más solidarios, más receptivos y colaboradores con el resto del mundo y ahora, queremos fragmentar y perder fuerza en el ámbito internacional. Las tiranías, las imposiciones, las tergiversaciones, la sinrazón, los cambios y manipulaciones en la historia y en los medios de comunicación, ningún ciudadano con principios y demócrata, deben consentirlo jamás.
Decía Benito Pérez Galdós:
¿España ha sido siempre así?
Pueblo que daba relevantes pruebas de virtud, saber y heroísmo… huérfano de toda dirección…rodeada de camarillas inmundas.
¿Es en ella mentira la verdad, farsa la justicia y únicos resortes el favor y el cohecho? Y sobre ese terreno, más bien charca cenagosa ¿Se quiere fundar cosa tan grande como la paz?
No consintamos la discordia, lleguemos a la sensatez, dejemos los radicalismos, eduquemos en la paz y en la verdad, realidad no manipulada, y avancemos juntos en este camino de progreso y bienestar social.
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