El mal gobierno de AMLO tiene ocurrencias y sus políticas no las abre al debate a la deliberación, pues quiere tener concentrado el poder en su persona.
“En nuestros días, la democracia es una forma autoritaria disfrazada de libertad”. Carlos Ann
Día a día en México vemos con profunda preocupación y temor cómo el titular del Poder Ejecutivo sigue violentando el Estado de Derecho y sigue cometiendo errores que lo meten en una encrucijada de la cual le cuesta trabajo salir, empieza a dar patadas de ahogado, empieza a dar manotazos para imponerse, no entiende que la solución es más fácil: corregir el rumbo.
Seguimos teniendo un presidente que busca broncas, que provoca tempestades, que en su poca visión de estadista aplaude y acata resoluciones del poder judicial sin chistar cuando son a su favor, pero si la ley no está de su parte y el poder judicial hace su trabajo de manera adecuada, el presidente lo ataca, lo difama, lo amenaza y exige se investigue. Y vemos su doble discurso y su falta de valor. Ejemplifico cuando alguien en México opina distinto a su manera de ver o le corrige cifras o le señala errores lo agrede, pero que tal con las opiniones que dan funcionarios de EUA su respuesta es no estoy de acuerdo pero respeto, no me voy a pelear con ellos. Claro no le conviene y menos ahora que está pidiendo vacunas a esa nación y le van a prestar 2.5 millones de las mismas. Qué poca dignidad.
Pero volvamos a las situaciones que vivimos en este momento tan álgido. No estamos ante una situación de conflicto exclusivo de la energía eléctrica, estamos ante un momento clave de respetar el Estado de Derecho y la división de poderes. Y que no vuelvan a salir que nunca ha existido eso, o que antes se hacía, él prometió acabar con todos esos vicios y para acabarlos lo que tiene que hacer es respetar la ley. Y lo que ahora vemos es que ya empiezan las amenazas, ya empiezan “las investigaciones” a través de la Unidad de Inteligencia Financiera, empieza a meter miedo.
López Obrador sabe que no tiene la mayoría necesaria para hacer reformas a la Constitución, lo que me hace pensar que para lograr su perverso fin empezará a comprar voluntades a través del dinero, a través de la amenaza o vaya a saber usted que otros medios use. Claro lo grave es que haya Ministros o Legisladores que se dobleguen por tener pasados tortuosos, pero si lo hay, lo que debe hacer es aplicar la ley, castigar conforme a Derecho y no andar usando su poder para obtener sus fines ilógicos y retrógrados.
Claro que AMLO es libre de expresar lo que quiere en sus mañaneras, pero no es libre como presidente de todos de usarlas para difamar o engañar, no es libre para ser un golpeador, no es libre para que a través de sus mañaneras pueda influir en la próxima elección. Si no respetas, si ladras en vez de hablar, no pretendas que te respeten. Se ha instalado todo un sistema para recortarnos el espíritu, para convertirnos en tierra fértil de autoritarismos. Y hay una especie de acostumbramiento, que es lo peor que le puede pasar al ser humano.
En varias ocasiones he comentado que muchos de los intelectuales o gente de izquierda o ciudadanos sin partido que votaron por AMLO cada día están más arrepentidos. Y eso le molesta mucho al presidente. Ese presidente que no sólo en el discurso como el de ayer 18 de marzo, totalmente ochentero, sino también en sus acciones que nos quiere llevar al pasado, al pasado del hambre, de la incertidumbre, de las malas prácticas políticas. No hay cambio alguno en México en este momento que podamos decir es positivo, sigue la corrupción, sigue la opacidad, sigue la violencia, las muertes por mal manejo de la Salud Pública siguen a la orden del día, no sólo por la pandemia, también por el cáncer y otras enfermedades. Tenemos más pobreza, estamos teniendo la inflación más alta de los últimos 21 años, hay incapacidad del manejo de la política energética, de la política agropecuaria. Este personaje que está en Palacio no es austero. Genera con sus decisiones daño patrimonial, atacó el Fobaproa y ahora nos vuelve pública la deuda de Pemex, ojo recuerden los TESOBONOS, esa idea “brillante” que nos llevó al desastre en la crisis de 1994, pues es lo mismo que hace con Pemex.
El mal gobierno de AMLO tiene otra característica, sus ocurrencias, perdón, sus políticas no las abre al debate a la deliberación, lo hace para tener concentrado el poder en su persona, no tiene gabinete, tiene aplaudidores que si amaran a México deberían renunciar, esos que criticaban todo ahora callan, claro lo decía Porfirio Díaz: “Perro con hueso en la boca, ni muerde ni ladra”. López Obrador no acepta la fiscalización a sus funcionarios y está reñido con la rendición de cuentas.
Y sería bueno que leyera, incluso les recomiendo, que lean el libro de Balance Temprano. Desde la izquierda democrática que coordinaron Ricardo Becerra y José Woldenberg donde hacen el análisis del gobierno y nos muestran el retroceso en la política educativa, en la política social, en el combate a la corrupción, en las promesas incumplidas de recuperar la seguridad etc.
El caos ya está entre nosotros, la solución también está a la vuelta de la esquina el 6 de junio para no votar por Morena y sus satélites. Ya es hora de reaccionar contra lo que nos ofende y nos doblega autoritariamente.
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