El legado del que se va, pero no se va

El último día del mes de septiembre de este 2024 marca el final del gobierno del presidente López Obrador, periodo durante el cual existieron muchos, pero muchos, claroscuros, pero sin duda más oscuros que claros.

Se puede destacar como novedoso que por primera vez llegaba un gobierno con ideas de izquierda, al menos así expresadas claramente y por ellas habían votado más de 30 millones de mexicanos en 2018, se prometió que habría de tenerse una verdadera opción por los pobres mediante políticas públicas, que se combatiría la corrupción de manera frontal, que se terminaría con los excesos en el gasto público, se dijo que tendríamos un sistema de salud pública a la altura de los mejores del mundo, se prometió una mayor y mejor transparencia y rendición de cuentas, en fin el gobierno de López era promisorio.

Pero del dicho a los hechos, esa fue otra historia. Los yerros se dieron un día sí y el otro también.

Aunque desde el gobierno se niegue, ahora hay más pobres que en 2018, pues como aquel personaje “Vargitas” de una famosa película política, se modificaron los indicadores para aparentar un éxito en su política social.

El legado que deja López a los mexicanos incluye una actual incertidumbre económica, las decisiones políticas tomadas en las últimas semanas están causando problemas en la economía y seguramente traerá problemas para los bolsillos de los mexicanos. Ahí está la cotización del dólar norteamericano frente al peso mexicano que desde el día de las elecciones a la fecha alcanza ya los 3 pesos al alza.

En materia de seguridad pública, la política de abrazos y no balazos asumida por el actual gobierno y que parece tendrá continuidad en el que inicia el día 1ro. de octubre es un verdadero desastre, la cifra de homicidios dolosos en México en el sexenio alcanza los 198 mil 722 de acuerdo con los datos oficiales, zonas completas del territorio nacional están siendo controladas por el crimen organizado y para muestra podemos citar al municipio de Culiacán en Sinaloa, la tierra caliente en Michoacán y Guerrero y el sur del estado de Chiapas. Y así cantidad de historias que cada uno pudiera sumar a esta gran crónica de terror.

En salud pública, fuimos punteros en las estadísticas mortales durante la pandemia del COVID-19 gracias a la asesina negligencia y la soberbia gubernamental, el virus mortal dejó de manifiesto la precaria infraestructura hospitalaria y el desabasto de medicamentos esenciales, mal que ni con la famosa “megafarmacia” inaugurada por el presidente se ha podido abatir, todo es mentira, falsedades y engaños al “pueblo bueno y sabio”. Hoy en día, el presidente presume que ya estamos mejor que el sistema de Dinamarca, y los mexicanos ya no sabemos si reír o llorar.

En materia de educación pública el legado no es más halagador, pues evidenciando un desastroso resultado desde hace años nuestros estudiantes de educación básica reprueban la prueba PISA de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que se aplica a estudiantes de 15 años sobre sus conocimientos en matemáticas, lectura de comprensión y ciencias. Como ejemplo, en la prueba del año 2022, México se ubicó en el lugar 51 de 81 países, por debajo del promedio global, en matemáticas y comprensión lectora fuimos el tercer país peor evaluado de la OCDE, y el país con el peor puntaje en ciencia. Ah, pero eso sí, los libros de texto gratuitos ahora están llenos de adoctrinamiento comunista y de promoción de la 4T, ahí se ve lo que es importante para el presidente y sus cuatroteros.

Por lo que se refiere a la transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción, por más que el presidente en sus “mañanera” levante su bandera blanca anunciando el fin de la corrupción, los hechos nos demuestran que la verdad es totalmente contraria a la que nos dicen desde Palacio Nacional. El legado que deja López es un gobierno que reserva la información de todos los asuntos que le dan la gana, no quiere que nadie se entere de la forma en que se realizaron los contratos, los costos originados y los beneficiados con esos contratos, información que por ley debe ser pública, por ello al término de su mandato pretende la extinción de los órganos autónomos como el INAI (Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales), se busca la oscuridad total que es espacio propicio para el desarrollo de la corrupción. Como ejemplo emblemático de la corrupción en el gobierno que termina todos conocemos el caso de SEGALMEX (Seguridad Alimentaria Mexicana) en donde el principal responsable Ignacio Ovalle es escondido ahora con un cargo discreto en la Secretaría de Gobernación (SEGOB) en lugar de estar en la cárcel. Por cierto, dicho individuo ya tenia un negro historial como funcionario corrupto, pero quedo demostrado que cuenta mas ser “amigo del señor” que una persona honrada.

Y así podría seguir ejemplificando en todas y cada una de las áreas de gobierno, pero por obvio de espacio hasta aquí lo debo dejar. Pero no puedo dejar de mencionar el legado más significativo del que se va, la división y polarización social propiciada por el mismísimo presidente de la república. Así, con una perversidad única, tirando la piedra como si en su mano no existiera culpa alguna, a sabiendas que con sus palabras lograba día a día enconar más los ánimos entre sus seguidores y opositores, el presidente López se dedicó a lo largo de todo su sexenio a hacer señalamientos ofensivos y acusatorios sin pruebas, desde el púlpito presidencial el, y solo él, se manifestó como dueño de la verdad absoluta. Nunca hubo diálogo con la oposición, solo descalificaciones, no se buscó la construcción de la nación en unidad sino la destrucción de instituciones creadas en otros sexenios para levantar las suyas, en fin, si algo supo hacer muy bien Andrés es dividir y denostar.

Y ahora que algunos piensan que ya se va, con toda certeza les puedo afirmar que no se va, estará siempre detrás de quien detente el poder en forma legal, pero siempre ejerciendolo el, por ello la presencia de infinidad de sus colaboradores en el próximo gobierno de su “corcholata”, por eso la designación de su hijo predilecto en la estructura de mando en su partido morena.

Es mi opinión, López Obrador por su naturaleza dictatorial, ese quien no está acostumbrado a respetar las leyes y la Constitución, no será capaz de dejar gobernar a su sucesora, él será el poder tras el trono pues así es el. Y que no se dude que pretenderá lo mismo dentro de 6 años.

La única forma de lograr que López verdaderamente se vaya a su rancho es mediante votos en una elección presidencial, este 2024 ya perdimos la oportunidad, no fuimos capaces de despertar a casi el 40% de los ciudadanos con credencial para votar con fotografía que prefirieron hacer otra cosa que regalarle unos minutos de su domingo a la democracia e ir a votar.

Las oportunidades se toman, o se pagan las consecuencias.

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* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com

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