Antes de las elecciones del 2 de junio, el gobierno había logrado mantener oculta la verdadera condición económica en la que se encuentra el país.
Pasada la oportunidad de los mexicanos para cambiar de rumbo, nos viene la realidad.
Mientras que el pasado 30 de mayo el Banco de México anunciaba que el tipo de cambio peso/dólar era de 17.0012, al 10 de julio informa que la paridad está en 17.94, lo que representa una depreciación de nuestra moneda de casi un peso. Habrá quien considere que esto no es importante, que ese es problema de los empresarios que tiene deudas en dólares, pero no, esto afecta a todos los mexicanos. ¿Por qué?
Con información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), estamos enterados de que, al 31 de enero de 2024, la deuda pública externa de nuestro país asciende a la friolera de 225 mil 298.1 millones de dólares, siendo esto un incremento de 1.6% al de enero de 2023.
Solo en este rubro, por el tipo de cambio, el incremento de la deuda que teníamos en pesos un día antes de las elecciones a la fecha es de 211 mil 780 millones. Deuda que todos los que pagamos impuestos habremos de pagar.
Pero no solo deberemos lo anterior, pues el 12 de junio, 10 días después de las elecciones, el Banco Mundial aprobó otorgar un financiamiento adicional a México por la cantidad de 1000 millones de dólares, monto superior a los otorgados en 2022 y 2023 que fueron de 700 millones de dólares.
Pero no solo esta realidad nos ha pegado en el bolsillo, pues con información de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) sabemos que el precio del gas LP antes de las elecciones rondaba en los 18.27 pesos el kilo, y hoy el mismo producto lo podemos adquirir en 19.89 pesos, un incremento de 1.62 pesos por kilo y 64.80 pesos por tanque de 40 kilos.
Y así en cada uno de los productos de primera necesidad para nuestras familias, pues apenas hace un par de días, el Banco de México informó que a junio del presente año la inflación acumulada ya ronda en un 4.98%, mientras que en 2023 en todo el año la inflación acumulada fue de 4.66%.
No me queda duda, el gobierno federal del presidente López Obrador contuvo la realidad económica con la finalidad de tener contentos a los mexicanos antes de las elecciones. No sé si en unos meses nos encontraremos con un nuevo “error de diciembre”, pero la realidad es que el poder adquisitivo de las familias mexicanas es cada vez menor.
Sin duda que el reparto de dinero a los votantes mediante los llamados programas sociales es la nueva expresión de aquel “al pueblo pan y circo”, pero como dice el dicho: “No tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre”. Así que no hay nada que reclamar a los que votaron por la 4T.
Los responsables de que el pasado 2 de junio más de 33 millones de mexicanos prefirieron continuar con el sistema dictatorial de la 4T, somos quienes no hemos sabido formar ciudadanos, en el más amplio sentido de este concepto.
Todos los gobiernos, emanados del partido político que sea, en lo local y en lo federal, cometieron el grave error de desaprovechar su oportunidad de formar mejores ciudadanos, responsables, solidarios, respetuosos, que busquen el bien común, prefiriendo las dádivas para cubrir sus necesidades más elementales y con ello tratar de tenerlos electoralmente cautivos.
Pero nunca faltará un líder populista que, con un estilo más penetrante, aunque sea mintiendo, logra hacerles creer que él será quien les dé más dinero y con ello los lleve de su lado.
Es mi opinión, mientras no tengamos en México mejores ciudadanos, los políticos populistas que ofrezcan más pan y circo seguirán conservando el poder.
Tristemente, habrá quien prefiera no ver la realidad de la economía de la nación con tal de recibir a tiempo lo ofrecido en forma de programa social, habrá quienes vendan su futuro, el de sus hijos y de sus nietos, por unos pesos.
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