Maximiliano Reyes Zúñiga, subsecretario de Relaciones Exteriores para América Latina y el Caribe, explicó que México busca una línea de crédito con el Banco Interamericano de Desarrollo por 20 millones de dólares.
Con este, van tres
Me explico: mis últimos dos artículos, si artículos pueden llamarse a mis desahogos, han tenido por objeto examinar el contenido de lo que el fifí metido a chairo de Ebrard y el Cabeza de Guata de AMLO pomposamente han dado en reputar como “acuerdo” con los Estados Unidos, cuando el único nombre posible es el de vil imposición y vergonzoso sometimiento.
Pues bien, el pasado 17 de junio, Maximiliano Reyes Zúñiga, subsecretario de Relaciones Exteriores para América Latina y el Caribe, explicó que México busca una línea de crédito con el Banco Interamericano de Desarrollo por 20 millones de dólares, “pese a que aún no se tiene un estimado de los recursos que se tendrían que invertir para hacer frente a la crisis migratoria”. Lo anterior es grave, muy grave, por varias razones:
1.- Todavía no tienen ni idea de cuánto les va a costar el chistecito y ya están pidiendo prestado. Proceder reiterado, por lo demás, si tomamos en cuenta que desde el arranque de esta administración ya se estaban comprando, a lo loco, pipas que al final de cuentas terminaron sin usarse en su totalidad. La improvisación, el desaseo y la desfachatez son los signos del actual gobierno.
2.- En segundo lugar, se está endeudando al país por un tema que no nos atañe o, en todo caso, no debería ser un problema solo nuestro; a los Estados Unidos de Norteamérica tendría que estarle costando, por igual, la serie de compromisos que, ovejuna y cobardemente, aceptó México a su costa para: “ofrecer empleos, atención médica y educación” a los migrantes retornados. ¡Hágame usted el refabrón cavor! No ofrece empleos, atención médica y educación a los mexicanos, pero ya lo pusieron a parir chayotes obligándolo a prestar esos servicios a extranjeros.
3.- No conformes con lo anterior, y mucho más delicado aún, es el tema de la violación a la división de poderes y el ataque directo al funcionamiento regular de las instituciones pues se arribó a un acuerdo internacional que compromete seriamente la seguridad y la economía del país sin haber estado presente —y sin cumplirse con las formalidades esenciales mínimas además— el Senado de la República.
4.- Por último, y no menos grave, es el hecho de que México se comprometa en una política exterior que le costará miles de millones de pesos. En efecto, México suscribió con El Salvador un Plan de Desarrollo Integral, con una inversión superior a los 100 millones de dólares, con el afán de frenar la migración.
Es decir, el dizque acuerdo entre AMLO y Trump va a costar, además de los 8 mil millones para la manutención de inmigrantes y el patrullaje de la frontera sur, de manera directa y de inmediato, la friolera de 120 millones de dólares (equivalentes 2 mil 200 millones de pesos); los cuales, en su mayoría, irán a servir a una élite corrupta y voraz en un país distinto al nuestro. ¿Así o más imbéciles? ¿Así o más serviles? ¿Así o más abyectos?
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