Tras la tragedia ocurrida en Tlahuelilpan, surgen muchas preguntas dirigidas al presidente Andrés Manuel López Obrador.
¿Por qué culpar a gobiernos anteriores de la tragedia en San Primitivo Tlahuelilpan si los militares y policías federales tardaron cuatro horas en llegar, después de que les notificaron del piquete al ducto Tuxpan-Tula, ¿y Pemex otro tanto en cerrarlo y pudo evitar el incendio?
¿No es mejor asumir la responsabilidad, investigar y sancionar a los culpables de casi 100 muertes, 52 hospitalizados y 71 desaparecidos de esta desgracia, buena oportunidad para que Gertz Manero demuestre que es fiscal imparcial?
Si hubo tiempo para que militares, marinos y federales fueran reforzados, ¿no pudieron formar un cerco antes de que creciera la ola de huachicoleros, sin necesidad de dispararles? ¿En todo caso, no habría sido preferible que los ahuyentaran por la fuerza antes que permitir la tragedia?
¿No deberá el fiscal investigar a los mandos de Pemex, del Ejército, la Marina, policías federales y municipales, ¿por si incurrieron en negligencia?
¿No será tiempo de revisar la estrategia presidencial del ataque al huachicol, si surgió porque a fines de noviembre dejó de importarse petróleo ligero, que la refinería de Tula mezcla con el crudo pesado mexicano para sacar gasolina, y la de Salamanca lo hace con un solvente que lo facilita y del que no se le surtió desde diciembre?
¿Será cierto que la guerra al huachicol oculta otros factores y es pretexto para importar 707 pipas de EU, de las que ya se contrataron 571, que llegarán en marzo y costarán 85 millones de dólares?
¿Por qué no se compraron a la industria automotriz mexicana, que en todo caso pudo haberlas solicitado a sus matrices en gringolandia?
¿Por qué las pipas se adquieren por adjudicación directa, sin la licitación de ley, y los choferes civiles que las manejarán y dependerán del ejército, se contratarán sin los permisos respectivos de Hacienda para abrir las nuevas plazas, como se hace siempre?
El desabasto de gasolina va para largo, la guerra al huachicol es un paso. ¿Eso no encarecerá el combustible por la compra de las pipas y el traslado en ellas? ¿No será oportuno ampliar la poca capacidad de almacenamiento del país, que no saldrá tan caro en comparación con lo que se está gastando?
Además ¿si dura mucho la escasez de gasolina no “resultará más caro el caldo que las albóndigas”, pues por lo pronto ya se calcula que costará 23 600 millones de pesos del PIB?
Aquí puede aplicarse aquello de “no hagas cosas buenas que parezcan malas”.
Te puede interesar: Gobierno unipersonal
@yoinfluyo
redaccion@yoinfluyo.com
* Las opiniones expresadas en esta columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no constituyen de manera alguna la posición oficial de yoinfluyo.com