ESCONDRIJOS SORPRENDENTES
Si algo caracteriza al régimen moreno es la extraordinaria habilidad para maquillar las cifras (1) Son geniales… Los datos gigantescos los vuelven insignificantes; y las minucias las convierten en magnificencias maravillosas. Y lo que queda en medio -si es que dejan algo al aire- se maquilla con señalamientos oscuros, nebulosas estadísticas o frases llenas de eufemismos que nunca resultan precisas y menos convincentes.
Así es simple asegurar que “ya se están repartiendo enseres domésticos a las familias que perdieron todo”. Es obligado cuestionarse: ¿Cuántos enseres domésticos…de qué tipo… con qué características…de qué tamaño…con qué propiedades… y en qué censo se consideraron tales necesidades?
Y lo mismo sucede cuando los ingenuos neófitos nos preguntamos: ¿Y, cómo seleccionaron a las familias, las viviendas y el tipo de enseres que cubrirán las múltiples necesidades?
Algo más. ¿Tales enseres, hasta dónde cubren las necesidades y requerimientos de las familias en condiciones de alta vulnerabilidad? La pregunta vale, porque el tuit presidencial ni fue suficiente, ni llegó a tiempo. De aquí la responsabilidad total del gobierno federal.
NO ES POR INTRIGAR
Pero el periodista Ricardo Castillo Díaz de El Financiero Nacional, con su reportaje, vino a destapar una cloaca más de las muchas que el Otis vino a evidenciar.
Desde las respuestas tan irresponsables como torpes, como aquella de que “no fueron tantos muertos como esperábamos”, pasando por la otra frase de “No nos fue tan mal”, hasta la celebérrima de “Viene cañón”, hasta la cuasi alegría mañanera de decir que la Fiscalía reportó “solo” 48 muertos y “tan solo” 6 desaparecidos, todo eso, se cayó por tierra cuando Ricardo Castillo investigó en las funerarias, porque el gobierno -ni federal, estatal o municipal- no tienen ni idea de qué sucede, y como resultado surgió lo siguiente:
“Otis deja al menos 350 muertos en Guerrero, según funerarias; gobierno reportó 48”.
Cuando el filio mío de mis entretelas leyó el reportaje de Castillo y comparó los datos con el discurso presidencial, hizo surgir un exabrupto: “Estos bueyes -con “B”- creen que somos idiotas”.
Y, COMO DECÍA RAÚL VELASCO
“Aún hay más”, era la frase mercadológica de aquel conductor de la prehistoria, hoy, plenamente aplicable a la 4T en varios rubros.
De inicio, el mandatario macuspanensis sostiene que el dinero de los fideicomisos de la Suprema Corte -MÁS DE 15 MIL MILLONES DE PESOS, se irán completitos a Guerrero… Solo que, como decía mi santa agüe: “Eso es caravanear con sombrero ajeno”, porque ese dinero está ahora en litigio; y porque aunque la Magistrada Presidenta mordió el anzuelo del presidente, ese dinero no puede disponerlo de manera discrecional porque es de los trabajadores del Poder Judicial.
En la misma línea: intentaron resucitar al Fonden que ya no puede funcionar porque lo desfondaron; y el presupuesto 2024 acabó convertido en el “por supuesto” que no le van a dar nada a Guerrero, porque los aplaudidores del búnker en el zócalo no se atrevieron contradecir a su “alteza pequeñísima” en expresión de Diego Fernández de Cevallos.
Y “LO MÁS PIOR”
Es que quedó claro que las personas, las familias, sus bienes, la educación de sus hijos, el empleo o la salud de todos, es algo que, en este sexenio dejó de importar más allá de un pimiento.
Y adicionalmente, todas las obras insignia del mandatario mexicano, la que no se opaca por tener relaciones muy raras con el fentanilo, las metanfetaminas o la cocaína, es porque ya han sido todas inauguradas oficialmente aunque es claro entender que Dos Bocas no ha refinado ni un litro de gasolina; que en Santa Lucía solo hay vuelos internacionales a Caracas o Cuba; o el trenecito -todavía- no funciona, aunque se hayan depredado los bosques.
Visto así, es evidente que lo que importa es el poder, lo demás es irrelevante para el presidente, porque en buen romance, ya no deja lugar a dudas. El bastón de mando resultó un palo de escoba y el mando no existe. Claudia solamente obedece y repite. Nada más.
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