Desde su llegada al Vaticano, el papa Francisco ha hecho muchos cambios, siempre dando prioridad y siendo fiel a sus ideales de que la Iglesia y el pueblo cada vez estén más unidos, y entre sus últimos cambios está la nueva edición del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis que detalla los cambios en los funerales de los pontífices.
La idea de los cambios hechos por Francisco es que el Papa sea visto como cercano al pueblo, y no como un hombre poderoso y que se siente lejano a los feligreses. “El rito renovado debía subrayar aún más que el funeral del Romano Pontífice es el de un pastor y discípulo de Cristo y no el de un poderoso hombre de este mundo”.
El funeral del pontífice está compuesto de varios protocolos, entre ellos la confirmación de la muerte, donde el camarlengo da tres ligeros golpes con un martillo de plata en la frente del papa, mientras lo llama por su nombre de pila. También recita la frase “vere Papa mortuus est” que en español es “verdaderamente. El Papa está muerto”.
La destrucción del anillo del pescador, que tiene grabado el sello del papa en turno, también es un protocolo, lo que se hace recién se anuncia la muerte del pontífice. Con todos los papas el protocolo ha sido el mismo, excepto con Benedicto XVI, cuando su anillo fue destruido en 2013, cuando Benedicto anunció su renuncia.
Luego de varios rituales y procesos que se llevan a cabo en la preparación del cuerpo, la exposición del cuerpo, la ceremonia fúnebre y el entierro, los nueve días posteriores a la muerte del pontífice se hacen misas y oraciones en su memoria y posteriormente, se lleva a cabo el proceso de sucesión, donde se elige al nuevo Santo Padre.
Papa Francisco no descansará en la Basílica de San Pedro
La nueva edición del Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, publicada recientemente, fue aprobada desde el 29 de abril de este año y con las modificaciones, la Santa Sede busca “simplificar y adaptar algunos ritos para que la celebración de las exequias del Obispo de Roma expresaran mejor la fe de la Iglesia en Cristo resucitado”.
La primera modificación es que ahora el cuerpo del papa difunto se expondrá al público en un ataúd y no en un catafalco, como sucedió con antecesores como Benedicto XVI y Juan Pablo II. También se eliminarán los símbolos de autoridad en la exposición del cuerpo del Santo Padre, incluyendo el tradicional báculo papal.
También se eliminarán los tres féretros tradicionales, que contaban de uno elaborado de ciprés, otro de plomo y uno más tallado en roble. El documento recién publicado señaló que el ataúd que se usará en el funeral del papa Francisco y de sus sucesores será sencillo, de madera y con un revestimiento al interior elaborado con zinc.
La constatación de la muerte del Santo Padre no se hará en una habitación, como anteriormente sucedió, sino que será en una capilla privada. Además, Francisco anunció que se dejaran de usar títulos demasiado formales como “romano pontífice”, para usar otros más sencillos como”Papa”, “Obispo de Roma” o “Pastor”.
Una más de las modificaciones es que existen posibilidades de que el Papa no sea enterrado en la Basílica de San Pedro, como se había hecho durante décadas, pues el cuerpo de Francisco descansará en la Basílica de Santa María la Mayor, ubicada en Roma. Además, tampoco necesitará ser trasladado pues vive en Casa Santa Marta.
¿Piensas que las nuevas medidas ayudan a que fieles e iglesia refuercen su relación y cercanía?
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