De ser un tema que muchos consideraron ecologista, el Sínodo de la Amazonía ha tomado un protagonismo sin precedentes por los asuntos que conciernen a la Iglesia y no sólo a las cuestiones regionales.
En el documento final del Sínodo de la Amazonía se presentaron algunas propuestas que han generado inquietud entre los fieles y los no creyentes, por un supuesto cambio en la normativa de la Iglesia Católica.
Son tres las propuestas que más han causado inquietud: la posibilidad de que hombres casados puedan ser ordenados sacerdotes; que las mujeres se desempeñen en el ministerio del diaconado, y la conformación de un rito especial amazónico.
Dichas recomendaciones están en espera de que el papa Francisco, como máxima autoridad en la Iglesia y a la luz de la doctrina católica, dé la última decisión para cada uno de los 120 puntos del documento final.
“La postura de la Iglesia es apoyar al papa y rezar por él. Además, no nos toca, para eso están los sínodos. Son algo que el papa pide para que le aconsejen. Todavía no está dicha la última palabra, el papa puede sorprender y no aceptar algunas o todas estas peticiones”, señaló Mario Arroyo Martínez, uno de los capellanes de la Universidad Panamericana.
Y es que hay quienes se han pronunciado a favor y contra el Sumo Pontífice, sin saber aún la decisión final. En este contexto, el sacerdote recuerda que los católicos siempre deben cerrar filas en torno al papa, inclusive, si algunas decisiones no parecen las adecuadas. Con la división no resuelve nada, no beneficia ni a la Iglesia ni a los de la región del Amazonas, agrega.
“Si estamos divididos, eso nos quita credibilidad y energía que podríamos gastar en anunciar el Evangelio”, señala.
Crisis de fe; se necesitan laicos comprometidos
En la región del Amazonas, en los últimos años los evangélicos han ganando terreno a los católicos, que llevan siglos, explicó el sacerdote Mario Arroyo Martínez quien vivió ocho años en Perú y tuvo la oportunidad de conocer a las comunidades autóctonas de la zona amazónica.
La labor de los evangélicos no se ha depositado sólo en sus dirigentes, sino también entre los que profesan ese credo. Arroyo Martínez reflexiona que tal vez los evangélicos sí tienen una fe viva, sí están convencidos y la gente se convierte: “Ahora la región del Amazonas es más evangélica que católico”, indica.
En ese sentido, cuestionó que tal vez la excusa para los católicos en la zona amazónica sea argumentar la falta de sacerdotes, cuando la tarea no es sólo de los religiosos, sino de todos los bautizados.
“Los que tenemos que evangelizar no somos sólo los sacerdotes y los religiosos, sino todos los cristianos”, expresó el también doctor en Filosofía. Arroyo Martínez considera que la raíz del problema es una crisis de fe en el Occidente y que la caída de vocaciones y las misiones en la región amazónica son consecuencias.
Resaltó que hacen falta personas comprometidas, que hagan misión en los lugares remotos, así como personas que vivan en las región que tenga una vivencia más intensa de su fe: es la hora de los laicos, subrayó.
“Un laico bien preparado es equivalente a un pastor; alguien que conoce su fe y la transmite”, precisó.
“Cuando alguien está cerca con ellos, acompañando, sufriendo sus problemas, ayudando, dando la caridad de Jesucristo, eso provoca una respuesta y en esa respuesta se puede transmitir la fe”, agregó.
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