Naciones Unidas, 16 May (Notimex).- La representante permanente de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, urgió hoy a la comunidad internacional a que tome partido ante las pruebas con armas nucleares realizadas por Corea del Norte.
Antes de iniciar una sesión de emergencia en el Consejo de Seguridad, luego de que Corea del Norte realizara el fin de semana pasado un ensayo balístico, Haley indicó que Estados Unidos denunciará a los países y entidades que violen sanciones contra el régimen de Pyonyang.
“Tenemos que decir a la comunidad internacional: ¿apoyas a Corea del Norte, o nos apoyas a nosotros?”, afirmó Haley, en un encuentro con la prensa en que estuvo acompañada por los representantes permanentes ante la ONU de Japón y Corea del Sur.
Haley explicó que Estados Unidos denunciará a los países que violen las sanciones actuales, así como las posibles nuevas repercusiones que el Consejo de Seguridad de la ONU proyecta discutir y aprobar en los próximos días.
“Si apoyas a Corea del Norte estás en contra de la comunidad internacional, y todo el mundo debe mandar una señal a Corea del Norte”, manifestó Haley.
La diplomática también aseguró que Estados Unidos está dispuesto a dialogar con el régimen de Pyongyang, pero que lo haría sólo si éste detiene sus ensayos balísticos.
Asimismo, declaró que Estados Unidos continuará realizando sus ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur. De acuerdo con el régimen de Pyongyang, estos ejercicios representan una provocación que los orilla a buscar armamentos nucleares.
Haley destacó además el apoyo que Estados Unidos ha recibido de parte de China para lidiar con Corea del Norte, y advirtió a otros países y entidades a que se abstengan de llenar ese vacío dejado por el apoyo chino.
Por su parte Antonio Guterres, secretario general de la ONU, condenó el lunes el nuevo ensayo balístico realizado por Corea del Norte y lo calificó como una amenaza para la paz y la seguridad de la región.
El misil de prueba fue lanzado el domingo pasado desde la estación de Kusong, en el noroeste del país, y recorrió cerca de 700 kilómetros, según el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur.
Éste es el primer ensayo militar de Pyongyang desde la llegada al poder en Seúl del nuevo presidente sudcoreano, Moon Jae-In.
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