“Es el mejor día en @Space_Station. Nuestro equipo habló con @Pontifex. Sus palabras fueron inspiradoras y fue todo un honor”, así se expresó vía Twitter el astronauta Joseph Acaba, sobre el coloquio que sostuvieron los seis tripulantes de la Estación Espacial Internacional con Su Santidad Francisco, este jueves 26 de octubre.
El Papa participó de un enlace con los cosmonautas en el que pudo formularles diversas preguntas, el astronauta Paolo Nespoli, de nacionalidad italiana sirvió de intérprete entre sus compañeros y el Obispo de Roma. En primer lugar el Santo Padre preguntó a Nespoli, que según su experiencia, en la que ha estudiado la astronomía, ¿qué lugar cree que tiene el hombre en el universo?
A lo que el tripulante comentó que es una pregunta compleja, y que el se siente como un ingeniero, pero cuando surgen preguntas como ¿de dónde venimos?, “el discurso es muy delicado”, pero que se ha percatado que mientras más conocemos nos damos cuenta de que lo poco que conocemos y expresó que personas como el Papa, o como escritores, poetas o teólogos puedan viajar al espacio, para explorar lo que significa que haya un ser humano en el espacio.
Por otro lado, Su Santidad les inquirió sobre qué significa para ellos la frase “el amor que mueve el sol y las estrellas”, con la que Dante culmina “La Divina Comedia”. Respondió el astronauta de nacionalidad rusa, Alexander Misrukiyn, y dijo que en esos días había estado leyendo “El Principito”, y destacó que el protagonista decía que daría la vida por “volver y salvar las plantas y animales de la Tierra”, lo que interpretó como que el amor “es esa fuerza que te da la capacidad de dar la vida por otro”, su contestación agradó mucho al Papa Francisco, que reafirmó diciendo que “sin amor no es posible dar la vida por otro”.
La tercera pregunta que les dirigió al equipo multinacional que vive y trabaja en la EEI, fue sobre lo que los motivó a ser astronautas y el otro cosmonauta ruso, Sergei Rayasansky, mencionó que su inspiración fue su abuelo quién había participado en la construcción de Sputnik, el primer satélite artificial en orbita a la Tierra Por su parte Comandante de la Misión, Alexander Bresnik señaló que desde donde se encuentran se puede ver un poquito “con los ojos de Dios”, la belleza del planeta y agregó que ven una tierra sin confines y con fina atmósfera lo que los hace pensar como seres humanos y cómo debemos trabajar juntos para tener un futuro mejor.
El Papa comentó sus respuestas relacionándola con el tema de que el hombre necesita raíces, ya que Rayanasky había ido con el abuelo para seguir sus pasos, que habían ido a ver la tierra con los ojos de Dios y que “el abuelo es Dios, las raíces y nuestra esperanza, nuestra fuerza”.
El Santo Padre preguntó qué cosas realmente los han sorprendido viviendo en la Estación Espacial, qué cosas, por el contrario, han confirmado en este contexto tan distinto. Tomó la palabra Mark Vande Hei, diciendo que en el espacio hay cosas que parecen iguales pero no reconocibles, lo que le desconcierta pero, en un sitio donde no hay arriba y abajo, tiene que decidirlo para a partir de ahí establecer sus microcosmos con sus sentidos.
Finalmente el cuestionamiento a los astronautas se dirigió la trabajo en equipo, Joe Acabada, respondió, no sin antes saludarle en español “Santo Padre es un gran honor hablar con usted”, ya que es de ascendencia puertorriqueña. Señaló que la misma estación es un ejemplo ya que en ella participaron Estados Unidos, Rusia, Japón, nueve países europeos y que trabajando juntos los países pueden lograr cosas por encima de cada uno de ellos; que de hecho cada uno de los tripulantes trae su propia diversidad y crea un conjunto mayor que el que puede crear una sola persona y enfatizó que siguiendo el camino de colaboración es la forma en que los seres humanos podemos salir del mundo y seguir el viaje del conocimiento.
Para concluir, el Papa agradeció a sus interlocutores y les recordó que el todo es más grande que las partes, les bendijo a ellos, a sus familias y a sus trabajos, como es costumbre les pidió que pidieran por él. Por su parte, Paolo Nespoli le agradeció a nombre de sus compañeros por sacarlos de su mecánica cotidiana y por ayudarles a pensar en cosas más grandes que ellos mismos.
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