Ante las erráticas acciones que Barack Obama tomó durante su mandato, como la de alejarse de Israel y apoyar a los “Hermanos Musulmanes”, lo que propició su avance en Siria y Egipto, Donald Trump tomó la decisión de mover la embajada de Estados Unidos en Israel, de Tel Aviv a Jerusalén. Esta decisión -considera el internacionalista Rodrigo Iván Cortés Jiménez- reconocería a Jerusalén como capital oficial, y esto posiblemente desencadene conflictos a nivel mundial.
Israel es el único país del mundo que no tiene ninguna embajada en su capital, no porque no tenga relaciones diplomáticas, sino porque embajadores y diplomáticos del mundo no reconocen a Jerusalén, por lo que se ubicaron en Tel Aviv.
Todo esto podría cambiar si Trump -en una apuesta geopolítica más decidida- elige cumplir su promesa de campaña de trasladar la embajada estadounidense a Jerusalén. Ésta sería una de las acciones más significativas y simbólicas que “movería aguas y generaría turbulencias”, reitera Rodrigo Iván Cortés, quien estima que el cumplimiento de esta promesa podría tardar tiempo en ser una realidad.
Sin embargo, el secretario de prensa Sean Spice dijo que mover la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén sigue siendo una prioridad para el mandatario.
A este respecto, el dirigente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, se reunió en Jordania con el rey Abdullah II, y ambos líderes reiteraron su firme oposición al traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv a Jerusalén.
La organización terrorista Hamas, por su parte, advirtió que el traslado significaría “cruzar todas las líneas rojas” y que esto podría desencadenar ciertos “peligros”.
Para entender el conflicto
En 1947, la ONU aprobó un plan de división de Palestina y la creación de dos Estados independientes, uno árabe y otro judío.
Tras la creación del Estado de Israel, en 1948, numerosos judíos emigraron hacia el nuevo territorio. Con el apoyo de la riqueza de la comunidad judía, los israelíes construyeron rápidamente una economía próspera. Se desarrollaron la agricultura y la industria y se construyeron modernas ciudades. Los territorios árabes, en cambio, se mantuvieron en niveles de subdesarrollo.
Los Estados árabes vecinos de Líbano, Siria, Jordania, Egipto e Irak no aceptaron la legitimidad del Estado de Israel, por lo que comenzaron los ataques. Las luchas prosiguieron hasta 1949, cuando se pactó un primer alto al fuego que posteriormente fue roto.
Es por esto que una de las objeciones para el plan de Trump es que la medida podría provocar un incendio en el mundo árabe y acabar con el proceso de paz, aunque lo cierto es que “no hay proceso de paz desde entonces”, por lo que Rodrigo Iván Cortés hizo hincapié en que la paz entre Israel y los palestinos sólo pueden ser negociada directamente entre las dos partes, y que Estados Unidos deberá trabajar con Israel para avanzar hacia ese objetivo.
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