Rusia disparó misiles de crucero a posiciones del grupo extremista Estado Islámico en Siria desde el mar Mediterráneo, anunció el viernes el Ministerio de Defensa. Esta es la última demostración de fuerza de Moscú en el conflicto que asola el país de Oriente Medio.
Dos fragatas y un submarino lanzaron seis misiles de crucero contra instalaciones de la milicia radical en la provincia siria de Hama, señaló el ministerio en un comunicado.
Los proyectiles destruyeron centros de mando y depósitos de municiones, agregó la nota, que no especificó cuándo se lanzaron los proyectiles.
Moscú ya había atacado antes posiciones insurgentes en Siria desde el Mediterráneo. Una operación similar alcanzó objetivos en la ciudad antigua de Palmira el pasado mayo.
Rusia es uno de los aliados más fuertes del gobierno del Bashar Assad y desde septiembre de 2015 realiza ataques aéreos sobre suelo sirio.
Por otra parte, Viktor Ozerov, presidente del comité de defensa y seguridad de la cámara alta del parlamento ruso, dijo a la agencia Interfax el viernes que la inteligencia de Moscú está seguro “casi al 100” de la muerte del líder del grupo EI en un ataque aéreo el mes pasado.
La semana pasada, el Ministerio de Defensa ruso dijo que seguía “verificando a través de varios canales” el deceso de Abu Bakr al-Baghdadi en una operación el 28 de mayo sobre las afueras de la ciudad siria de Raqqa.
“Rusia no querría estar en la lista de países que anunciaron que habían anunciado su muerte y que luego al-Baghdadi resucite”, añadió Ozerov.
Se desconoce el paradero de Al-Baghdadi, sobre el que pesa una recompensa de Estados Unidos de 25 millones de dólares. Su última aparición pública fue hace casi tres años en la ciudad iraquí de Mosul, en la mezquita al-Nuri, del siglo XII, donde proclamó un “califato” en los territorios conquistados por la milicia en Irak y Siria en julio de 2014.
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