El aumento y la disminución en la feligresía de diferentes religiones es una constante. Cuando en una institución religiosa ocurre una crisis, ya hay otra tratando de sumar a sus filas a los decepcionados.
La profecía de Benedicto XVI
Hace medio siglo, en 1969, el entonces presbítero Joseph Ratzinger brindaba una entrevista radiofónica. En calidad como uno de los teólogos más reconocidos de su tiempo le preguntaron sobre el futuro de la Iglesia para el año 2000.
La respuesta del hoy papa emérito, desde hace algunos años es considerada como una especie de predicción: “La Iglesia se hará pequeña, tendrá que empezar todo desde el principio”.
En ese sentido, y en calidad de teólogo que establece lo que es calculable y no como un adivino, Ratzinger indicó en la radio alemana que la Iglesia perderá adeptos, y con ello, muchos de los privilegios en la sociedad.
El ahora papa emérito señaló que, a su parecer, a la Iglesia le aguardan tiempos muy difíciles. “Su verdadera crisis apenas ha comenzado todavía. Hay que contar con fuertes sacudidas”.
Sin embargo, confío que, a pesar de las dificultades la Iglesia logrará levantarse, ya no con la misma fuerza y presencia de antes, pero sí “florecerá de nuevo y se hará visible a los seres humanos como la patria que les da vida y esperanza más allá de la muerte”.
La fe de los mexicanos
La Encuesta Nacional sobre Creencias y Prácticas Religiosas en México 2016 (ENCREER) señala que el catolicismo mexicano experimenta un lento, pero sostenido cambio religioso caracterizado por la disminución de la población católica; así como el crecimiento de denominaciones cristianas evangélicas y bíblicas; además del aumento de personas sin religión.
Además, añade, los católicos son los que más se identifican como “creyentes a mi manera”, es decir, son susceptibles a creencias y prácticas de origen indígena o esotérico, como el ritual de limpias, la lectura de cartas, la consulta de los horóscopos, la magia, etcétera.
Con respecto a los evangélicos (protestantes y pentecostales) y bíblicos (testigos de Jehová, adventistas y mormones) la ENCREER da cuenta que dichas religiones han aumentado su número de seguidores, principalmente, por los procesos de conversión; también porque su religión anterior no les satisfacía, además los encuestados dijeron que su actual creencia “encontró un nuevo sentido para vivir”.
En comparación con la religión católica, la feligresía en estas iglesias de reciente creación, muestran una religiosidad altamente comprometida, y menor influencia a las prácticas ajenas a su credo.
Por otra parte, aclara que las personas sin religión, no necesariamente son ateas.
Asimismo, en la encuesta realizada por la Red de Investigadores del Fenómeno Religioso en México (RIFREM) presenta en un mapa la temporalidad de los cambios religiosos en las entidades de la República Mexicana. Esos cambios están clasificados en elevado, emergente y lento o moderado.
Los estados del norte y del sur presentan elevado cambio de creencias: Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán, Quintana Roo y Morelos.
Mientras tanto, en Ciudad de México, Baja California Sur, Sinaloa, Nayarit, Guadalajara, Zacatecas, Aguascalientes, Guanajuato, Michoacán, Querétaro, México y Tlaxcala, hay un cambio emergente de religión.
Las entidades en las que el cambio de credo es lento o moderado son Durango, San Luis Potosí, Colima, Hidalgo, Puebla, Guerrero y Oaxaca.
Además de indicar el porcentaje de las religiones en México, el estudio también expone la razón por la que algunas personas no profesan ninguna religión. En ese sentido, predominan las que dicen no creer en una autoridad religiosa y tienen sus propias creencias 15.5%; 14.7% dicen ser librepensadoras y 14.1% consideran que todas las religiones son falsas.
Asimismo, la Encuesta Nacional sobre Creencias y Prácticas Religiosas en México 2016, también registró porcentajes de las personas que cambiaron de religión. La mayoría de los que migraron a otro credo eran católicos, 57.1%; los Testigos de Jehová eran 11.2% y cristianos 9.9%.
En dicho estudio los encuestados consideraron que la mayoría de la gente que cambia de religión, 21.7% es por decisión personal; 18.9% porque no conocían su propia religión; 17.3% porque los adoctrinaban; 17.1% porque les decepcionó su iglesia; y 12.1% porque en el otro credo les ofrecen beneficios económicos.
Más feligreses, menos sacerdotes
Según datos estadísticos del Anuario Pontificio 2019 se registra un aumento en el número de católicos, 1.1% a nivel mundial con respecto al año anterior, pero la cifra es menor que el incremento medio anual registrado durante el periodo 2010-2015 que era de 1.5%.
En ese sentido, en África aumentó 2.5% el número de creyentes católicos; en Asia, 1.5%; en América el porcentaje se registró por debajo de la media mundial, 0.96%; mientras que en Europa la tendencia fue casi nula, 0.1%.
No obstante, la publicación anual con datos de 2017 informa que el número de candidatos al sacerdocio ha disminuido en 0.7%. De 116 160 en 2016 a 115 328 en 2017. Es en Europa y América donde la disminución es evidente. Sin embargo, el número de obispos, diáconos permanentes y misioneros laicos y catequistas ha incrementado.
Hay que recordar que la base para que existan laicos comprometidos, es el sacerdote el encargado de enseñar las Sagradas Escrituras y de llevar la Buena Nueva a los demás. En el caso de los obispos, sin presbíteros, no hay quien reciba el orden episcopal.
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