En la misa de clausura del Sínodo de los Obispos, el Papa Francisco hizo un llamado a defender la santidad de la Iglesia y evitar las situaciones de pecado de sus integrantes.
El papa Francisco durante la conclusión de los trabajos del Sínodo de los jóvenes, bajo el tema “Los jóvenes, al fe y el discernimiento vocacional” llamó a defender a la Madre Iglesia por medio de la oración y la penitencia.
En un discurso improvisado indicó que el sínodo es “un espacio protegido para que el Espíritu Santo pueda actuar” no un parlamento. Y recordó a este respecto que el trabajo lo ha hecho el Espíritu Santo.
Por otro lado, manifestó a los padres sinodales que los primeros destinatarios del documento fruto del Sínodo son ellos mismos, incluso él, sucesor de Pedro.
“El Espíritu nos da a nosotros el documento para que trabaje en nuestro corazón. Somos nosotros los destinatarios del documento, no la gente de fuera. Que este documento trabaje, hacer oración con el documento, estudiarlo pedir luz”, y recalcó “el Espíritu Santo hizo todo esto, y esto vuelve a nosotros: no lo olviden, por favor”.
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También enfatizó que la Iglesia es santa aunque sus hijos sean pecadores. Señaló que a causa de los pecados al interior de la Iglesia “el gran acusador” aprovecha y busca a quien acusar.
Subrayó que esas acusaciones, que hoy el enemigo hace fuertemente se llegan también a convertir en persecuciones como ocurre en Oriente; pero la propia persecución también toma forma de acusaciones para ensuciar a la Iglesia.
El papa Francisco dijo que la Iglesia “no debe ser ensuciada, los hijos sí somos sucios, pero la Madre no, y por eso es el momento de defender a la Madre, y a la Madre se le defiende del gran acusador con la oración y la penitencia¨.
El obispo de Roma pidió, durante octubre, rezar el santo rosario, e invocar a la Virgen y al Arcángel San Miguel ya que es un momento difícil.
Durante su discurso dijo: “Pedí en este mes que termina en pocos días, de rezar el rosario, rezarle al arcángel Miguel, rezarle a la Virgen para que cubra siempre a la Madre Iglesia. Sigamos haciéndolo. Es un momento difícil porque el acusador a través de nosotros ataca a la Madre y la Madre no se toca. Esto quería decirlo al final del Sínodo. Y, ahora el Espíritu Santo les regala el documento para todos nosotros también para mí, para reflexionar que quiere decirnos a nosotros. Gracias a todos ¡Gracias!”
Documento final del Sínodo
El documento final de la XV Asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos consta de doce capítulos en 60 páginas donde se describen las inquietudes de los jóvenes quienes como conforman las piedras vivas de una Iglesia con un rostro joven, sin maquillaje y renovado desde dentro, como los definió el papa Francisco.
Un compendio de lo “escuchado” durante el sínodo, fruto de un diálogo principalmente con los jóvenes de todo el mundo. A través de este documento se busca dar propuestas concretas relacionadas con el rol de la mujer en todos los niveles eclesiales, funciones de responsabilidad y procesos decisorios; de sexualidad, de acompañamiento de las personas homosexuales. Trabajo que menciona el tema de los abusos en diversas índoles cometidos por algunos obispos, sacerdotes, religiosos y laicos y evidencia la necesidad de hacer verdad y pedir perdón.
Aborda, asimismo, el tema de los migrantes, “paradigma de nuestro tiempo” que son una oportunidad de enriquecimiento para las comunidades y sociedades a las que llegan.
Acerca del rol de las mujeres en la Iglesia, Sor Smerilli FMA indicó: “Es sobre todo una cuestión de mirada y participación. El Sínodo habla de eso, pero el tema real es que la Iglesia es menos Iglesia, y el humano es menos humano, si no tiene ojos masculinos y femeninos”.
Los padres sinodales, responsables de la redacción del documento final, publicaron su carta a los jóvenes del mundo. Con reconocimientos tales como: “Que nuestras debilidades no los desanimen, y los pecados no sean la causa de perder vuestra confianza. La Iglesia y el mundo necesitan urgentemente su entusiasmo”. “La Iglesia es vuestra madre, no los abandona y está dispuesta a acompañarlos por caminos nuevos, por las alturas donde el viento del Espíritu sopla, haciendo desaparecer las nieblas de la indiferencia, de la superficialidad, del desánimo”. “La Iglesia y el mundo tienen necesidad urgente de su entusiasmo. Háganse compañeros de camino de los más débiles, de los pobres, de los heridos por la vida”.
A partir de este documento final, es muy probable que el papa Francisco elabore una exhortación apostólica con el tema del Sínodo de los Jóvenes.
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