Por abrumadora mayoría, los Estados Miembros en la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobaron una resolución que condena la decisión de Estados Unidos de reconocer a Jerusalén como capital de Israel, y “exigieron” que todos los países cumplan con las resoluciones del Consejo de Seguridad sobre el estado de Jerusalén.
Mediante una resolución aprobada por votación registrada de 128 votos a favor y 9 en contra, con 35 abstenciones, la Asamblea de 193 miembros expresó “profundo pesar” por las recientes decisiones sobre el estado de Jerusalén y subrayó que la Ciudad Santa “es un problema de estatus final se resolverá mediante negociaciones en línea con las resoluciones pertinentes de la ONU”.
México, Guatemala, Honduras, Islas Marshall, Micronesia, Nauru, Palau y Togo se alinearon con Estados Unidos e Israel, mientras entre quienes se abstuvieron se encuentran Argentina, Australia, Canadá, Colombia, Hungría, Panamá, Paraguay y Polonia.
La resolución de hoy exige que “todos los Estados cumplan con las resoluciones del Consejo de Seguridad relativas a la Ciudad Santa de Jerusalén y no reconozcan ninguna acción o medida contraria a esas resoluciones”.
La Asamblea General afirmó además que “las decisiones y acciones que pretendan haber alterado el carácter, el estado o la composición demográfica de la Ciudad Santa de Jerusalén no tienen efecto jurídico, son nulas y deben rescindirse en cumplimiento de las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad.”
A ese respecto, la Asamblea también exhortó a todos los Estados a que se abstuvieran del establecimiento de misiones diplomáticas en la Ciudad Santa de Jerusalén, de conformidad con la resolución 478 del Consejo de Seguridad aprobada en 1980.
Reiterando su llamamiento para revertir las tendencias negativas que ponen en peligro la solución de dos Estados, la Asamblea instó a que se realizaran mayores esfuerzos y apoyo internacionales y regionales para lograr, sin demora, una paz amplia, justa y duradera en el Oriente Medio.
El pasado 6 de diciembre Trump reconoció Jerusalén como capital israelí, rompiendo décadas de consenso internacional, según el cual el estatus final de la ciudad debe ser acordado en un proceso de paz entre israelíes y palestinos.
Previo a la votación de este día, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, amenazó abiertamente a los países que voten en la Asamblea General de la ONU contra su decisión de reconocer Jerusalén como capital de Israel.
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