La moda es una de las industrias más glamurosas en el planeta, pero también una de las más contaminantes y dañinas y de acuerdo con Rogelio Omar Corona Núñez y Cristina Ayala-Azcárraga, académicos de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la ropa usada reduce la huella ecológica.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la moda es la segunda industria más contaminante y cada año se usan 93 mil millones de metros cúbicos para su producción, cantidad con la que se podría satisfacer a cinco millones de personas. Además, cada año se vierten medio millón de toneladas de microfibras en el mar.
¿Sabías que… el medio millón de microfibras que se vierten en el mar son equivalentes a tres millones de barriles de petróleo y en la creación de la vestimenta se producen más emisiones de carbono que en todos los vuelos y envíos marítimos internacionales juntos?
“Todo el proceso de la producción textil —desde la siembra y obtención del algodón u otra materia prima hasta la producción de las prendas, el transporte, el almacenaje y el uso de la plancha en casa— tiene un costo ambiental muy alto”, comentó Rogelio Omar Corona y destacó que el consumo hídrico de la moda ha sido intenso.
El experto calculó que en América Latina, el 70 por ciento de los regalos que se entregan en Navidad son prendas de vestir y según la Cámara Nacional de Comercio y la Cámara Nacional de la Industria del Vestido, en noviembre y diciembre se aumenta de 30 a 40 por ciento el consumo de la ropa.
Los expertos indicaron que la mercadotecnia y el bombardeo de publicidad en estas épocas invitan a las personas a adquirir la moda rápida o bien “fast fashion”, que se caracteriza porque sean prendas con tela desechable, que no son duraderas y que puede ser desechada rápidamente, Zara, H&M y Shein son marcas de moda rápida.
“Debemos cuestionarnos de dónde viene y ponderar los impactos derivados de lo que estamos consumiendo. Hay que llegar al comprador porque él es quien marcará las pautas”, comentaron los académicos y aseguraron que al leer las etiquetas debemos pensar en las jornadas laborales y el trato que se le da a cada trabajador.
Los expertos indicaron que las grandes compañías ponen sus industrias manufactureras en países en vías de desarrollo con legislaciones laxas, como lo es México, ofreciendo condiciones irresponsables y en ocasiones inhumanas para sus trabajadores y explotando los recursos naturales, impactando el medioambiente.
Moda de segunda mano, la opción ideal para el planeta y el bolsillo
Cristina Ayala detalló que la ropa de segunda mano es ideal para poder contrarrestar la contaminación y agregó que, “ya hay mucha ropa en el planeta sin ser utilizada, hacer uso de este tipo de tiendas e incentivar a que las personas adquieran usado, lo normalicen y se eliminen mitos, nos ayuda a tener un consumo más sustentable
Además, la ropa de segunda mano suele ser mucho más barata que la ropa nueva, ofreciendo una gran cantidad de estilos, cortes, telas y texturas, en ese aspecto, la ropa de paca se ha popularizado en los últimos años, pues muchas personas han encontrado en esa ropa una opción ideal para mantener el estilo a bajo costo.
“Esta alternativa de estilo de vida circular da un descanso a los recursos naturales, pues evita el uso de materia prima virgen y que cada vez sea menor el estigma sobre quien adquiere prendas usadas”, comentó la especialista y agregó que se debe eliminar el pensamiento de que porque es de segundo uso, la ropa pierde valor.
“Hay estudios sobre la ropa nueva en las tiendas y se ha visto que es muy sucia porque la prueban muchas personas. Sea de segunda mano o de alguna tienda siempre debe de lavarse antes de usarse”, finalizó la especialista.
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