Debido a violencia, falta de trabajo, crisis económica y problemas políticos, miles de personas salen a diario de sus hogares y países a buscar una mejor calidad de vida, misma que planean encontrar en países mejores acomodados, pero al mismo tiempo comprometen su seguridad, integridad, salud mental y hasta la vida.
La migración es un fenómeno histórico, pues se han registrado humanos migrantes, moviéndose de región y asentándose en otras zonas desde tiempos remotos; sin embargo, las condiciones de vida que enfrentan los migrantes en la actualidad son sumamente demandantes, pues se han sumado peligros y situaciones complejas.
De acuerdo con la Organización Internacional para los Migrantes (OIM), la frontera entre México y Estados Unidos se ha convertido en la ruta migratoria más peligrosa del mundo; mientras que la Comisión Nacional de Búsqueda estima que hay mil 801 migrantes desaparecidos en su ruta por México, pero las familias tienen otros datos.
Familiares y colectivos de personas migrantes desaparecidas han asegurado que el número de migrantes no encontrados en México es mucho mayor del que dicen las autoridades. Los países con más migrantes desaparecidos en México son Honduras, Guatemala, Colombia, El Salvador y Nicaragua.
Si bien, llegar a Estados Unidos es el llamado “sueño americano”, la migración a Canadá se ha hecho muy popular, pues para los mexicanos, entre otros ciudadanos de América Latina no se solicita VISA, por lo que muchos migrantes han decidido iniciar una vida en ese país y enfrentar todas las adversidades que viene con ello.
Migrar es una necesidad humana
En entrevista con Yo Influyo, Rafael Jiménez, quien lleva poco más de 16 meses en Canadá, explicó que “falta mucha sensibilidad para tratar a los migrantes porque en muchos casos se les ve como una plaga y hay que ser más humanos para comprender a todos los que tenemos la necesidad de migrar”.
Rafael llegó como miles de mexicanos a tierras desconocidas dispuesto a darlo todo, pues en México no sólo dejaba su cultura, tradiciones y raíces, sino que también a una familia, y él, como cabeza de familia, necesitaba sacarlos adelante, ya que en México la situación económica era muy compleja.
“Cuando estás en México se escucha que vas a llegar a EUA o Canadá y que prácticamente en cualquier lugar vas a conseguir trabajo o será más fácil, pero la realidad es que no hay chamba fácil”, explicó y agregó que la falta de idioma y de capital hacen sumamente complicado que los migrantes puedan encontrar trabajo.
Jiménez aseveró que “la mayoría de migrantes venimos con una mano atrás y otra adelante” y compartió que en su llegada a Canadá, únicamente llevaba cerca de 120 pesos mexicanos, y agregó que por sus condiciones los trabajos a los que tuvo acceso eran mal pagados, 100 por ciento físicos y con alto riesgo a la salud.
“Tanto yo como los que están en mi situación, tenemos acceso a trabajos muy difíciles y muy cansados, donde literal se trabaja como burro” y recalcó que en ocasiones son trabajos extremadamente peligrosos y en los que los ciudadanos, en este caso de Canadá, ni siquiera están dispuestos a entrar, pues hay riesgos de seguridad.
El padre de familia explicó que muchos de los trabajos en donde hay migrantes, si fueran hechos por un canadiense, habría miles de reglas, seguridad, cuidado y equipo, pero cuando un migrante desempeña esos trabajos no se le da nada. “Vi como un compañero se cayó desde un tercer piso por no tener equipo de seguridad”.
Además, agregó que muchos migrantes sufren estafas, pues trabajan y no se les paga y no pueden hacer nada ni ir con autoridades porque son ilegales. Por otro lado, la cuestión emocional, juega en contra de los migrantes, quienes dejan todo lo que aman para vivir situaciones extremas y poder conseguir el sustento para sus familias.
“El estar lejos de tu país y de tu familia, en un lugar donde por la situación en la que estás el ambiente es hostil, hace que tu estado anímico sea malo”, compartió y agregó que la inmensa mayoría de migrantes mexicanos y del mundo se van de su país no porque quieran, sino por necesidad y por cuestiones externas.
Finalmente, Rafael Jiménez explicó que los migrantes no buscan iniciar una vida en otro país, por iniciar una simple aventura, sino por razones muy delicadas que viven en la sociedad de sus países”, y pidió que se tenga más humanidad y sensibilidad ante los miles de migrantes en el mundo que buscan libertad y calidad de vida.
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