En el marco del Día Mundial de la Alimentación, 16 de octubre, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) destacó que según el Informe Mundial sobre Crisis Alimentarias, cerca de 281.6 millones de persona sufrieron hambre aguda en 2023 y detalló que más del 20 por ciento de la población en 59 países vive esa situación.
El Día Mundial de la Alimentación, se estableció el 16 de octubre de 1979 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) con el objetivo de conocer los principales problemas relacionados con el hambre, concientizar a los pueblos y buscar soluciones óptimas para cada situación.
La ONU destacó que 2023 fue el quinto año consecutivo en el que la inseguridad alimentaria y hambruna avanzaron y agregó que cuestiones como la crisis humanitaria que se vive en la Franja de Gaza o los conflictos en Sudán intensificaron los problemas.
La organización mundial destacó que los tres detonantes de la crisis de hambre en el mundo son los conflictos armados que afectan a 20 países y a 135 millones de personas que viven hambre: los eventos climáticos extremos con 57 personas sin alimento y los problemas económicos causando el hambre de 75 millones de personas.
“Las mujeres y los niños son los más perjudicados por las crisis de hambre, con más de 36 millones de menores de cinco años gravemente desnutridos en 32 países”, indicó la institución y destacó que, la desnutrición aguda se profundizó en 2023, en particular entre las personas desplazadas por conflictos armados o desastres naturales.
Mexicanos no ganan lo suficiente para alimentarse
Respecto a México, en 2023 se arrojó que 8.19 millones de personas viven en inseguridad alimentaria severa y de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en 10 entidades de la República Mexicana se concentra el 60 por ciento de casos de personas que escasean de alimento.
Estado de México con 1,072 millones casos, es la entidad más hambrienta; Veracruz, con 639 millones; Michoacán, con 456 millones; Puebla, con 449 millones; Tabasco, con 436 millones; Guanajuato, con 431 millones; Guerrero, con 393 millones; Jalisco, con 366 millones; Oaxaca con 337 millones y Ciudad de México con 338 millones.
Por otro lado, la economía es vital para que los mexicanos puedan reducir el hambre, ya que según el Coneval, el 36 por ciento de los ciudadanos, lo que se traduce a 46.4 millones de personas, no tienen el ingreso adecuado para salir de la pobreza extrema y más de la tercera parte de la población no gana lo adecuado para alimentarse.
Por su parte, Agustín Rojas Martínez y Uberto Salgado Nieto, académicos del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, agregaron que en el país la desnutrición es un estado patológico grave que afecta a uno de cada ocho menores de cinco años, por lo que hay grandes retos.
Los expertos añadieron que, si durante la pandemia, la población hubiera contado con otra dieta, la situación pudo ser distinta, “la pandemia nos permitió observar claramente las consecuencias de esta dieta globalizada que llevamos, con consumo hipercalórico, y que las grandes cadenas de distribución la definen”, dijo Uberto Salgado.
Además, subrayaron el desperdicio de alimento que existe en México es un factor importante que debe considerarse para reducir los índices de hambre, ya que, tan solo en la capital se pierden 561 toneladas diarias de alimentos, 70 por ciento comestible, en la Central de Abasto, sin contar los desperdicios de mercados, supermercados y otros puntos.
¿Qué acciones crees que debería implementar el nuevo gobierno para reducir los índices de hambre?
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