En Chile se lleva a cabo una batalla campal sobre el tema de la eutanasia, que entre otras cosas resulta diferente a las leyes aprobadas en otros países del orbe debido a que se considera la muerte asistida también para menores.
No está desahuciada, pero sí deprimida y cansada por ser incapaz de respirar por sí misma desde hace seis años después de sufrir un accidente cerebro vascular. Sandra Lissette Peña es una joven chilena de 35 años quien se ha dado por vencida ante la vida y prefiere ser asistida para morir, por lo que espera que sea aprobado en su país el proyecto de Ley de Eutanasia que como en cualquier parte del mundo ha generado polémica, sobre todo por prever que desde los 14 años puedan acogerse a esta ley.
Apenas este mes la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados del país sudamericano aprobó, con una votación dividida, de 7 votos a favor y 6 en contra, reducir la edad de 18 a 14 años para solicitar la muerte asistida, para lo cual el menor deberá contar con la autorización de sus padres, de negar la misma, el paciente podrá solicitar la intervención de un juez en materia de lo familiar para que este constate si procede que se le realice la eutanasia.
“Si el paciente es mayor de 14 años; pero menor de 16 será necesario contar con la autorización de su representante legal, o de uno de ellos, si tuviere más de uno. A falta de autorización, entendiendo por tal la negación del representante legal, o si éste no es habido, el paciente podrá solicitar la intervención del juez con competencia en materia de familia del lugar en donde se encuentra el paciente para que constate los requisitos legales de procedencia de asistencia médica para morir. Si el paciente es mayor de 16 años; pero menor de 18, el médico tendrá la obligación de informar a sus representantes legales, pero la solicitud tomará su curso prescindiendo de cualquier consentimiento ajeno a la voluntad del mismo paciente”.
El diputado Jaime Bellolio, que pertenece al partido Unión Demócrata Independiente, y quien votó en contra el dictamen, criticó a quienes impulsan esta legislación no se hayan hecho cargo de las objeciones que ha hecho el comité de derechos del niño de la ONU al caso holandés, en que hace el resguardo de que ojalá se pueda abolir la idea de eutanasia en menores de 18 años. “La iniciativa acá va en contra no sólo de tal recomendación, sino que también establece una de las legislaciones más abiertas del mundo”, subrayó.
Salvar o coartar vidas
El Colegio Médico de Chile realizó una encuesta a más de cinco mil doctores afiliados a este organismo, el ejercicio fuer realizado entre el 27 de marzo y el 22 de abril de 2019 en todo el país y fue enviada de forma digital.
El 77 por ciento de los doctores y doctoras está de acuerdo con que se permita la eutanasia a los pacientes víctima de un sufrimiento intolerable, ocasionado por una enfermedad incurable, y que tengan acceso a los mejores cuidados paliativos. Bajo las mismas condiciones, además, el 56 por ciento se manifestó favorable al suicidio asistido.
Al ser consultados sobre si estaría dispuesto a practicar la eutanasia, el 59 por ciento aseguró que sí lo haría, mientras el 33 por ciento indicó que no. En tanto, al ser evaluada la participación en el suicidio asistido, el 45.52 por ciento indicó que no sería parte de la situación, mientras que el 44.52 por ciento que sí. En el primer caso, el 4.7 por ciento respondió que no cuenta con una opinión informada, mientras que en el segundo esa cifra aumentó al 9.96 por ciento.
¿Uno más a la lista?
Colombia se convirtió en 2018 en el primer país latinoamericano en aprobar la eutanasia para menores. De acuerdo con la ley entre los 6 y los 12 años de edad la eutanasia sólo se podrá practicar en casos excepcionales, mientras entre los 12 y 14 años prevalece la autonomía del menor, pero será obligatoria la concurrencia de los padres. Mientras que a partir de los 14 años, sólo contará la voluntad del adolescente.
La legalización de la eutanasia está siendo más frecuente en todo el mundo, ahora es uno de los temas más álgidos en Chile que debate sobre este tema y podría pronto convertirse en el cuarto país en el mundo, después de Holanda, Bélgica y Colombia.
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