Durante la Conferencia de Oslo, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) indicó que actualmente hay 400 millones de menores en todo el mundo que viven en zonas de guerra o huyen de conflictos armados, en otras palabras uno de cada cinco niños o niñas en el planeta se encuentran afectados por la guerra.
El organismo señaló que la cifra de pequeños afectados por la guerra es mucho mayor que la población total de muchos países y recalcó que son quienes más sufren, pues pierden familiares, son violados sexualmente, asesinados o heridos por bombas o tiroteos; además, los menores también son reclutados a la fuerza por grupos armados.
Anteriormente, Unicef informó que la ONU contabilizó 315 mil violaciones graves a los derechos infantiles de los niños, niñas y adolescentes en conflictos armados; sin embargo, esa cifra puede ser mucho mayor, pues esa cifra es de casos verificados, no se está tomando en cuenta muchísimos casos que no han sido denunciados.
“Detrás de cada uno de estos números hay una historia de sufrimiento infantil inimaginable… de derechos violados y derechos negados”, comentó Catherine Russell, directora ejecutiva de Unicef y detalló que en Ucrania; Alepo, Siria; Yemen; República Democrática del Congo, hay conflictos muy graves y miles de niños afectados.
La representante de Unicef compartió que en Yemen conoció la historia de un niño que perdió ambas piernas despuñes de un intenso ataque con morteros; mientras que en el Congo había niños tan traumatizados por la violencia que no hablaban y una niña que contó su historia de secuestro y años de violencia sexual.
Ante la situación, la experta llamó a que se establezcan sistemas para proteger y fortalecer los sistemas de ayuda a menores, “debemos poner énfasis en las políticas que sitúan a los niños y su protección en el centro de la acción humanitaria”, comentó Russell y llamó a que también se invierta en personal que es la fuerza de la protección.
Entre los acuerdos de la Conferencia de Oslo, Unicef se comprometió a cubrir el 50 por ciento “del coste anual de la dotación de personal para armonizar, documentar y verificar violaciones graves contra los niños y niños, y dialogar con las partes en conflicto” y destacó que para ayudar a los niños es vital trabajar con aliados y en unión.
“Proteger a los niños y niñas es una elección. Y también lo es ponerlos en riesgo, obligándolos a entrar en conflicto y negando descaradamente sus necesidades”, aseveró Catherine Russell y añadió que la guerra y los conflictos armados son obra de adultos y como mínimo, deberíamos ayudar a los niños para estar a salvo de todo peligro.
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