De acuerdo con el informe Global Trends in Child Monetary Poverty According to International Poverty Lines, elaborado por el Banco Mundial y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) uno de cada seis niños y niñas en el mundo o bien 333 millones de infantes viven en condiciones de pobreza extrema.
El reporte indicó que si bien, el número de niños en el mundo que viven con 2.15 dólares pasó de 383 a 333 millones, una reducción del tres por ciento de 2013 a 2022, el impacto económico que tuvo el covid-19 hizo que se perdieran tres años de progreso, pues pudieron haber sido 30 millones menos de niños, de lo que reportó.
Datos indican que África tiene la mayor cantidad, 40 por ciento, de pequeños en pobreza extrema y también es el sitio con mayor aumento de esas condiciones; pues pasó de 54.8 por ciento en 2012 a 71.1 por ciento de niños y niñas en pobreza en 2022. Oriente y el norte de África son los sitios donde la pobreza infantil no deja de crecer.
“A nivel mundial, los niños y niñas representan más del 50 por ciento de las personas extremadamente pobres, a pesar de ser solo un tercio de la población mundial.”, afirmó Unicef y destacó que, los pequeños tienen más del doble de probabilidades que los adultos (15.8 frente a 6.6 por ciento) de vivir en hogares extremadamente pobres.
“Hace siete años, el mundo hizo la promesa de poner fin a la pobreza infantil extrema para 2030”, comentó Catherine Russell, directora ejecutiva de Unicef, y destacó que, aunque faltan tiempo para 2030, hay avances y con la inversión y voluntad adecuada es posible que millones de menores salgan del círculo vicioso de la pobreza.
Al ritmo actual, no se acabará con la pobreza infantil para 2030
El estudio se publicó antes de la Semana del Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que inicia hoy y se celebrará hasta el 22 de septiembre, con la intención de que los líderes mundiales discutan los avances obtenidos, pues según el informe, al ritmo actual no se logrará acabar con la pobreza infantil para 2030.
“Las crisis agravadas derivadas de los impactos del covid-19, los conflictos, el cambio climático y las perturbaciones económicas han estancado el progreso y han dejado a millones de niños y niñas en la pobreza extrema”, aseveró Russell y recalcó que hoy más que nunca no se le puede fallar a los niños del mundo.
Catherine Russell subrayó que, poner fin a la pobreza infantil es una elección política, por lo que se deben redoblar los esfuerzos mundiales para que todos los niños accedan a servicios esenciales, como educación, nutrición, atención sanitaria y protección social, al mismo tiempo que se abordan las causas de la pobreza extrema en el planeta.
“Un mundo donde 333 millones de niños y niñas viven en extrema pobreza, privados no solo de las necesidades básicas sino también de dignidad, oportunidades o esperanza, es simplemente intolerable”, dijo Luis Felipe López Calva, director global de Pobreza y Equidad del BM, y dijo que es más importante que nunca ayudar a los menores.
Además, los menores que viven en zonas de conflicto son doblemente castigados, pues uno de cada tres vive en hogares extremadamente pobres; mientras que en entidades no vulnerables ni en conflicto los menores en esa situación son uno de entre 10. “No tenemos tiempo que perder en la lucha contra la pobreza”, dijo López.
Finalmente, Unicef y el BM indicaron que, para poner fin a la pobreza extrema y compensar el retroceso de la pandemia, se debe garantizar un enfoque en los niños que viven en zonas pobres, dar prioridad a las agendas que abordan la pobreza infantil y diseñar políticas públicas que ayuden a familias en vulnerabilidad.
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