Desde la edad de un año, los niños, niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe corren el riesgo de sufrir violencia en el hogar, en la escuela y en la calle, revela un informe regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
De acuerdo al perfil estadístico de este estudio casi dos de cada tres niños, niñas y adolescentes, de edades comprendidas entre 1 y 14 años, en la región experimentan disciplina violenta en el hogar.
Junto con el castigo físico y la agresión psicológica en la primera infancia, el abuso sexual y el homicidio acechan a millones de niños, niñas y adolescentes en los países de América Latina y el Caribe. La tasa regional de homicidios de este sector de la población es cuatro veces mayor que la media mundial. Y el homicidio es la principal causa de muerte entre los adolescentes de 10 a 19 años.
“Es terrible que la mayoría de los niños, niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe estén expuestos a la violencia casi desde su nacimiento y, a menudo, por las personas en las que más confían: sus padres, cuidadores, compañeros y vecinos”, dijo Youssouf Abdel-Jelil, director adjunto de la Oficina Regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) para América Latina y el Caribe.
“Lamentablemente, en muchas comunidades de la región, la disciplina violenta está socialmente aceptada. Los niños, niñas y adolescentes replican este patrón con sus propios hijos cuando son adultos, perpetuando así el ciclo de la violencia”, observó.
La violencia afecta de manera diferente a los niños y a las niñas de la región. El informe menciona que los niños tienen siete veces más probabilidades de morir por homicidio que las niñas. Mientras tanto, las niñas son especialmente vulnerables a la violencia sexual después de los 10 años.
En la región, la violencia contra los niños, niñas y adolescentes está impulsada no solo por normas sociales y de género negativas, sino también por otros factores como las desigualdades, la inseguridad, la migración y las crisis humanitarias.
Otro de los hallazgos del estudio destaca que en América Latina dos de cada cinco niños, niñas y adolescentes viven en países sin protección legal contra el castigo corporal en el hogar, en la escuela y en los lugares de atención estatal.
“Los adultos suelen recurrir a la violencia contra los niños, niñas y adolescentes porque es lo que conocen y han experimentado. Para romper este ciclo a tiempo, tenemos que actuar pronto promoviendo alternativas. Con el compromiso de padres, cuidadores, profesores, comunidades y gobiernos, es posible criar a los niños, niñas y adolescentes sin violencia y construir sociedades más seguras y prósperas en beneficio de todos”, añadió Abdel-Jelil.
Para poner fin a todas las formas de violencia contra los niños, niñas y adolescentes, Unicef insta a los gobiernos algunas medidas entre las que destacan adoptar leyes que prohíban totalmente el castigo corporal en todos los ámbitos, invertir en programas para prevenir la violencia, incluyendo programas de crianza positiva que proporcionen a los cuidadores el apoyo y los recursos que necesitan.
Poner en marcha intervenciones de cambio social y de comportamiento para abordar la normalización de la violencia contra los niños, niñas y adolescentes; reforzar la capacidad del personal de los servicios sociales para prevenir, reconocer y responder a la violencia contra los niños, niñas y adolescentes, así como fortalecer la recopilación de datos sobre la violencia contra los niños, niñas y adolescentes, utilizando medidas estándar, para llenar los vacíos de datos sobre diferentes cuestiones, como la violencia sexual en la infancia.
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