El Papa Francisco invitó a se “campeones de vida”, además de cosechar éxitos deportivos.
El Papa Francisco aseguró hoy que el deporte es “insustituible” para las jóvenes generaciones, porque practicado “en el pleno respeto de las reglas” es un válido instrumento educativo.
Esto en un discurso pronunciado ante una delegación de motociclistas participantes en el próximo Gran Premio Octo de San Marino a la Riviera de Rimini, a quienes recibió en audiencia en una sala contigua al Aula Pablo VI del Vaticano.
“El fenómeno deportivo estimula a una sana superación de sí mismos y de los propios egoísmos, entrena en el espíritu de sacrificio y, si es bien practicado, suscita la lealtad en las relaciones interpersonales, la amistad, el respeto de las reglas”, dijo.
Consideró importante que quienes se ocupan del deporte, en varios niveles, promuevan los valores humanos y cristianos que están en la base de una sociedad más justa y solidaria.
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Insistió que la contribución social positiva de los eventos deportivos está relacionada con su capacidad de expresarse con un lenguaje universal, que trasciende las fronteras, las lenguas, las razas, religiones e ideologías.
“Esto se ve, sobre todo, cuando el deporte es amateur, que viene del corazón. Por lo tanto posee la capacidad intrínseca de unir a las personas, favoreciendo el diálogo y la acogida. Los animó a defender los valores del deporte: así contribuirán a construir una sociedad más justa y solidaria”, siguió.
Luego, destacó dos palabras importantes para todo deportista: la primera es “pasión”. Reveló que al leer las muchas noticias de suicidios de jóvenes se pregunta qué pudo haberle pasado a quienes acabaron con su vida y respondió que, ante todo, les faltaba pasión.
Constató que nadie supo sembrar en ellos la pasión de vivir y las dificultades los desbordaron, por eso llamó a los presentes a que contagien esa pasión que el mundo tanto necesita, porque esta hace que no se lleve la vida como un peso.
También invitó a ser “campeones de vida”, además de cosechar éxitos deportivos, porque este vive con plenitud y con pasión.
