La CEPAL está proponiendo la creación de un Fondo de Resiliencia del Caribe que atienda las necesidades de esa región.
América Latina y el Caribe generan apenas 8.3 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global, pero es altamente vulnerable a su impacto, dijo Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
La alta funcionaria de las Naciones Unidas reafirmó la gravedad de la crisis climática en la región y la urgencia de enfrentarla e instó a la comunidad internacional a priorizar el financiamiento de medidas de adaptación, durante el lanzamiento del Reporte del Estado del Clima en América Latina y el Caribe 2020, elaborado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
“El sistema de gobernanza global no ha sido eficaz para movilizar los recursos hacia los países en desarrollo. Hay escasez de financiamiento para la acción climática, especialmente para la adaptación. Esto agrava la vulnerabilidad de los países, reduciendo la capacidad de financiar sus propias acciones”, afirmó.
Durante su participación en la Conferencia de Alto Nivel: Trabajando Juntos por la resiliencia hidrometeorológica y climática en América Latina y el Caribe, que fue inaugurada por Petteri Taalas, secretario general de la OMM, destacó la relevancia del informe.
Alicia Bárcena precisó que en los últimos 30 años el número de desastres naturales se triplicó en el Caribe y las pérdidas económicas asociadas se quintuplicaron. Por ejemplo, la destrucción causada por los huracanes Irma y María en 2017 resultó en pérdidas equivalentes a 250 por ciento del PIB en países como República Dominicana, subrayó.
La secretaria ejecutiva de la CEPAL dijo que los paquetes de estímulo para una reactivación económica pos-COVID podrían ser una oportunidad para alentar las inversiones en sectores con bajas emisiones de carbono y en la promoción de la bioeconomía, más resiliente ante los impactos del cambio climático.
“Los países desarrollados han anunciado grandes paquetes de estímulo (cuatro billones de dólares en Estados Unidos, 750 mil millones de Euros en Europa), reflejando expansiones fiscales y monetarias contrarias a la ortodoxia, con compromisos en inversiones verdes. En América Latina y el Caribe, los paquetes de estímulos son menores, en torno al 5.7 por ciento (211 mil millones de dólares), y de ellos solo 3.2 por ciento serán consistentes con las metas ambientales y climáticas”.
Bárcena dijo que la CEPAL está proponiendo la creación de un Fondo de Resiliencia del Caribe que atienda las necesidades de esa región. “Tenemos una propuesta para que este fondo se financie en parte con un alivio de siete mil millones de dólares que representa el 12 por ciento del total de su deuda externa”.
La alta funcionaria puntualizó que la adaptación es urgente para la región con base en el principio de responsabilidades comunes diferenciadas.
Subrayó también la urgencia de fortalecer la institucionalidad que tenga capacidades para recopilar datos e indicadores sobre el riesgo de desastres climáticos con fundamento científico y que se anticipe con base en sistemas de alerta temprana. Instó también a apoyar a las economías de ingreso medio.
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