Incendios en los bosques: amenaza latente

Los incendios forestales no solo han causado la destrucción generalizada de Los Ángeles cobrando vidas, destruyendo miles de hogares e infraestructura de todo tipo, así como también dañando ecosistemas, sino que, además, son un recordatorio de la creciente amenaza que los incendios forestales presentan.

Los incendios son alimentados por una combinación de factores como la sequía, los fuertes vientos y la acumulación de vegetación seca, lo que se ha intensificado por efectos del cambio climático. Además, se caracterizan por su creciente tamaño, velocidad e intensidad, lo cual ha sido motivo de creciente preocupación en gran parte del hemisferio norte, especialmente en el oeste de Norteamérica.

Los inmensos daños medioambientales, que destruyen ecosistemas y hábitats de vida salvaje son sólo una de las consecuencias de estos. Debido a que el humo de estos incendios puede viajar largas distancias, afecta también a la calidad del aire y a la salud pública.

Por otro lado, el enorme coste de los daños causados por los incendios y las medidas de extinción suponen una presión sobre los recursos financieros, incluidos los presupuestos de las agencias forestales.

La Comisión Económica de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) indica que esta situación pone de relieve la necesidad de mejorar la comprensión de la dinámica de los incendios forestales a múltiples escalas, desde la local a la internacional. 

Tres importantes elementos deben ser considerados para evitar catástrofes de grandes magnitudes como el recientemente vivido en Los Ángeles.

En primer lugar, deben considerarse las repercusiones del cambio climático. El aumento de las temperaturas, las condiciones más secas y las olas de calor más frecuentes, factores que conllevan a las condiciones ideales para que los incendios forestales prendan y se propaguen rápidamente.

Además, las consecuencias imprevistas de las medidas de extinción de incendios, que involuntariamente han creado un entorno perfecto para que se produzcan incendios más grandes e intensos. Las políticas de extinción de incendios, aplicadas desde principios del siglo XX, han impedido los incendios naturales, los cuales habrían eliminado la maleza y los escombros. En consecuencia, los bosques se han llenado de materiales inflamables.

El último factor es la invasión de zonas silvestres que pone en peligro de incendio a más personas y propiedades. A medida que la población humana sigue creciendo, el aumento del desarrollo residencial en zonas limítrofes con los bosques.

La Comisión de la ONU apuntó que es necesario adaptar las prácticas de gestión forestal sostenible a un entorno cambiante, por lo que señaló que una herramienta valiosa para reducir el riesgo de incendios forestales pueden ser las quemas prescritas y los fuegos controlados provocados intencionadamente para eliminar la maleza. 

Además, dijo que es crucial crear comunidades resistentes al fuego utilizando materiales de construcción ignífugos y técnicas adecuadas de paisajismo en las zonas de alto riesgo.

Todos estos esfuerzos, apuntó, deben ir de la mano de una mayor mitigación del cambio climático para frenar los riesgos de incendios forestales a largo plazo.

La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la transición a fuentes de energía renovables y la gestión sostenible del agua son esenciales para aumentar la resiliencia de las sociedades y los ecosistemas, concluyó.

¿Crees que en México estemos preparados para evitar grandes devastaciones como la que sucedió en Los Ángeles?

Te puede interesar: Infierno en Los Ángeles

@yoinfluyo

Facebook: Yo Influyo

comentarios@yoinfluyo.com

Compartir

Lo más visto

También te puede interesar

No hemos podido validar su suscripción.
Se ha realizado su suscripción.

Newsletter

Suscríbase a nuestra newsletter para recibir nuestras novedades.