Tedros Adhanom destacó que el enfoque que adoptan algunos países de “yo primero” no sólo vulnera a los más pobres, también es contraproducente a nivel mundial.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), reprobó el egoísmo de países ricos respecto a las vacunas anti-COVID-19, pues mientras en 49 países de ingresos altos y medios se han distribuido 39 millones de vacunas, en un país de recursos bajos apenas se han vacunado a 25 personas. Además, el líder destacó que el mundo está al borde de un fracaso moral catastrófico, relacionado con la distribución equitativa de vacunas.
“Esto está mal. La situación se ve agravada por el hecho de que la mayoría de los fabricantes han priorizado la aprobación regulatoria en los países ricos donde las ganancias son más altas”, comentó Adhanom Ghebreyesus y destacó que el precio del fracaso de la distribución de vacunas será pagado con vidas y medios de subsistencia de los países más pobres.
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Tedros Adhanom destacó que el enfoque que adoptan algunos países de “yo primero” no sólo vulnera a los más pobres, también es contraproducente a nivel mundial, pues se prolongará la pandemia y habrá más pérdidas económicas, sanitarias y el sufrimiento humano será mayor. La Universidad John Hopkins informó que, hasta el momento, el mundo registra 95 millones 435 mil 122 casos de COVID-19 y hay 2 millones 037 mil 076 muertes por la enfermedad.
El director de la OMS indicó que hay tres maneras de cambiar las reglas del juego durante la pandemia, trabajando en conjunto con el Fondo de Acceso Global para vacunas COVID-19 (COVAX).
La primera es que los países sean transparentes en sus contratos incluyendo los volúmenes, precios y fechas de entrega; la segunda, que los productores de vacunas proporcionen datos completos a la OMS para agilizar aprobaciones y, en tercer lugar, los países productores de vacunas deben utilizar únicamente aquellas que cumplan con rigurosos estándares internacionales de seguridad, eficacia y calidad.
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