El comisionado de ACNUR hizo un llamado a los gobernantes del mundo a seguir el ejemplo de Jordania e incluir a los refugiados en las campañas nacionales de vacunación.
De acuerdo con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Jordania se ha convertido en uno de los primeros países en recibir vacunas anti-COVID-19 para ser aplicadas a refugiados. Raia Alkabasi, refugiada iraquí, se ha convertido en la primera refugiada registrada por ACNUR en recibir la vacuna contra el SARS-CoV2.
Datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados indican que a finales de 2019 había 79.5 millones de personas desplazadas a la fuerza, de ese número 40 por ciento de los desplazados son niños y los principales países de donde salen son Siria en primer lugar; Venezuela, Afganistán, Sudán del Sur y Myanmar.
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“El país ha incluido a los refugiados en todos los aspectos de la respuesta de salud pública a la pandemia, incluida la campaña nacional de vacunación”, comentó Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, respecto a Jordania y destacó que con sus acciones demuestran al mundo lo que los países deben hacer si quieren acabar con la pandemia y mantener al mundo seguro.
El comisionado hizo un llamado a los gobernantes del mundo a seguir el ejemplo de Jordania e incluir a los refugiados en las campañas nacionales de vacunación, previamente revisadas por el Fondo de Acceso Global para Vacunas COVID-19 (COVAX por sus siglas en inglés).
Finalmente, Filippo Grandi indicó que la mayoría de personas refugiadas son acogidas por países con ingresos bajos o medios, por lo que “la comunidad internacional debe hacer más para apoyar a los gobiernos anfitriones en el acceso a las vacunas” y subrayó que el acceso global y equitativo a las vacunas será lo que protegerá vidas y detendrá a la pandemia.
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