En un comunicado transmitido en redes sociales el grupo terrorista asegura que 40 personas fallecieron y 180 fueron heridas en dos ataques suicidas contra “un templo de los cruzados” en la isla de Mindanao, Filipinas.
El pasado domingo 27 de enero dos bombas estallaron en la catedral de Jolo, ciudad perteneciente a la provincia de Sulu, al sureste de Filipinas, provocando la muerte de al menos 27 personas y dejando 77 heridos, según los reportes de las autoridades.
La primera detonación se realizó durante la misa dominical y dentro del templo, la segunda explosión ocurrió minutos después al exterior del recinto cuando ya comenzaban a realizarse las primeras obras de rescate y atención a las víctimas del atentado.
De acuerdo con las autoridades policiales del lugar, entre las víctimas hay pobladores presentes en la ceremonia religiosa, así como militares que habían acudido a prestar ayuda luego del primer estallido, quienes fueron víctimas de la segunda detonación.
Posterior a los atentados el grupo terrorista Estado Islámico a través de un mensaje, que al momento no ha podido ser autentificado por las autoridades, se adjudicó las explosiones en la catedral.
En un comunicado transmitido en redes sociales el grupo terrorista aseguró que 40 personas fallecieron y 180 fueron heridas en dos ataques suicidas contra “un templo de los cruzados” en la isla de Mindanao, Filipinas.
El grupo radical señaló que la primera detonación fue resultado de uno de sus seguidores quien hizo explotar su chaleco bomba en la entrada del templo donde estaban reunidos los fieles cristianos. La segunda detonación fue con el mismo procedimiento, pero al poco tiempo y en el estacionamiento vehicular contiguo.
Las autoridades filipinas apuntan a que el atentado tiene relación con el refrendo realizado hace unos días para crear una región autónoma musulmana en el sur del país, bautizada Bangsamoro y concebida como solución pacífica a décadas de conflicto separatista provocado por radicales islamistas.
Aunque la votación arrojó un 85% a favor de la medida, la provincia de Sulu –donde Jolo es la capital– votó en contra de integrarse en Bangsamoro, por lo que todas formas pasará a formar parte de esta nueva entidad.
En Sulu tienen sus bastiones varios grupos yihadistas ligados al Estado Islámico, como Abu Sayyaf o el grupo Maute, responsables de sangrientos atentados en la región.