Caracas, 29 Abr (Notimex).- Venezuela formalizó el viernes pasado la denuncia del tratado de la Organización de Estados Americanos (OEA), sin embargo, eso sólo eso es el inicio de un largo camino de dos años en el que deberá cumplir compromisos pendientes, para dejar el foro hemisférico.
Antes de que se pueda concretar su salida, Venezuela deberá aclarar los compromisos y tratados pendientes, así como el pago de una presunta deuda de 8.7 millones de dólares, que el embajador en la OEA, Samuel Moncada, advirtió que no se pagará.
El procedimiento de salida que comenzó el viernes pasado con la entrega de la carta para el retiro en la sede del organismo interamericano en Washington, debería finalizar en 2019, un tiempo que tendrá de por medio una elección presidencial a fines de 2018.
Venezuela se convertiría en el primer país en abandonar voluntariamente la OEA, creada en 1948.
El proceso de salida está regulado por el artículo 143 de la Carta de la OEA, que señala que “podrá ser denunciada por cualquiera de los Estados miembros, mediante comunicación escrita a la Secretaría General, la cual comunicará en cada caso a los demás las notificaciones de denuncia que reciba”.
“Transcurridos dos años a partir de la fecha en que la Secretaría General reciba una notificación de denuncia, la presente Carta cesará en sus efectos respecto del Estado denunciante, y éste quedará desligado de la Organización después de haber cumplido con las obligaciones emanadas de la presente Carta”, indica.
Mientras tanto, seguirá siendo parte de la OEA por dos años. En esos 24 meses, estará obligada a cumplir con los deberes fijados por el organismo.
Venezuela alegó que el Consejo Permanente convocó sin el aval de Caracas a una reunión de cancilleres para tratar la crisis venezolana, agravada por las protestas contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, que en tres semanas ha dejado más de 30 muertos.
Caracas acusó al secretario general del organismo interamericano, Luis Almagro, como el instigador de la violencia en las calles y de promover un proceso para intervenir el país.
“Invito a Venezuela a reflexionar; tiene dos años para reflexionar su decisión”, dijo Almagro. “La salida de la OEA no es la solución”.
El mandatario Maduro dijo que Venezuela es “más libre”, tras tomar la decisión de sacar el país de la OEA.
La decisión supone costos políticos que Maduro no podrá eludir, ya que la comunidad internacional estará igual de atenta al respeto de los derechos humanos, en momentos en que existe alarma por la situación de las garantías fundamentales en medio de la represión policial contra las protestas opositoras.
Asimismo, significa un paso más hacia el aislamiento del país, ya que se ha reducido drásticamente el número de países socios del proceso bolivariano, además de los conflictos que tiene dentro del Mercado Común del Sur (Mercosur), bloque del que forma parte junto Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
En la OEA, los miembros tienen que pagar una cuota anual y Venezuela acumula una deuda de 8.7 millones de dólares, que deberá saldar para poder abandonar el organismo.
El embajador Moncada advirtió que nadie puede obligar a Venezuela a pagar una deuda “cuando nos están humillando”.
“Nos dan órdenes y nos quieren hacer pagar el muro (con México). Quieren que paguemos la salida de la OEA, lo siento, eso no va a ocurrir”, recalcó.
En la historia de la OEA solo existe un caso por el cual uno de sus miembros quedó fuera: Cuba, por razones distintas.
Cuba fue excluida en 1962 después de declararse parte del bloque de la Unión Soviética. Aunque la medida fue levantada en 2009, la isla caribeña no ha tenido participación activa.
El gobierno venezolano se autodeclara socialista y admirador de la Revolución Cubana.
Los analistas sostienen que la intención del gobierno es evitar el monitoreo internacional en materia de derechos humanos, bajo el insistente pedido de respeto a la autodeterminación de los pueblos, a la soberanía y a la independencia.
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