“Tengo un sueño, defender siempre la vida”: Marisa Zizmond

“Me conmovieron mucho los testimonios de los mismos médicos, quienes (…) no tuvieron ningún reparo para admitir en público que, si esta ley se aprobaba, las cárceles se llenarían de doctores porque no pensaban matar a un solo inocente”.



Con el rechazo en el Senado del proyecto de ley del aborto en Argentina, en el cuál de un total de 72 Senadores, 38 se opusieron a la despenalización del aborto; 31 Senadores votaron a favor; hubo dos abstenciones y una ausencia, el resultado fue que este país sudamericano dijo “Sí” a la vida y “No” al aborto.

Nuestra entrevistada es Marisa Zizmond.

Cursa estudios de Licenciatura en Economía por la Universidad Nacional del Mar del Plata. Estudió en la Escuela Normal Superior “Vicente Fatone”, radica en el Mar del Plata, Argentina. Casada y con una hija. Ha sido una de las líderes que ha impulsado y promovido con perseverancia la defensa de la vida del concebido en su país.

-Marisa, ¿cómo empezó toda esta lucha por la vida del concebido?

Bueno, a los espectadores ajenos a estos hechos, pudiera ser que al inicio estos sucesos les dieran la impresión de que fueron fáciles, pero te puedo decir que han sido muchos asuntos muy duros de relatar; hemos derramado muchas lágrimas al observar las grandes injusticias que cometían quienes, simplemente y a toda costa, querían legalizar el homicidio de seres indefensos e inocentes.

-Pero, ¿a qué matices te refieres en concreto?

Resulta que el proyecto de ley no sólo contemplaba el aborto hasta la semana 14, también (en el artículo 3ero.) ampliaba ese supuesto “derecho” en el que afirmaba: “Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo primero, y más allá del plazo establecido, toda mujer tiene derecho a interrumpir su embarazo en los siguientes casos: 1. Si el embarazo fuera producto de una violación, con el sólo requerimiento y la declaración jurada de la persona ante el profesional de salud interviniente 2. Si estuviera en riesgo la vida o la salud física, psíquica o social de la mujer, considerada en los términos de salud integral como derecho humano. 3. Si existieren malformaciones fetales graves. Dicho en otras palabras, básicamente se permitía abortar –de ser aprobada esta ley- ¡hasta un día antes del término del embarazo y casi de forma irrestricta!

-Marisa, ¿y cómo vino todo ese despertar cívico de los ciudadanos argentinos?

Paulatinamente, al informarnos de la ley funesta que querían aprobar, ocurrió lo que nadie imaginaba que sobrevendría. Y es que este pueblo que poco se queja, ¡comenzó a despertar! Muchos hablan “del despertar de un gigante dormido” y pienso que ésta es la mejor manera de resumir este proceso de mi nación que llevó meses, precisamente porque pretendían atentar contra lo más preciado que tenemos: ¡nuestros propios hijos!
-Y a continuación, ¿cómo se empezaron a organizar las familias que observaron esta flagrante amenaza en contra de sus bebés?

Comenzamos a contactarnos por las redes sociales, a coordinar y promover marchas y manifestaciones en las calles; elaboramos mantas, pancartas, pañoletas, cartelones; escribimos correos electrónicos a Diputados, primero. Luego nos dirigimos a los Senadores para transmitirles nuestra opinión sobre la ley.

-Marisa, ¿y por qué no acudieron a los grandes medios de opinión pública como la televisión, el radio, la prensa escrita, etc.?

-Es triste decir la realidad de los hechos, pero no tuvimos más remedio que hacernos presentes y dar a conocer nuestros puntos de vista a través de las redes sociales porque la inmensa mayoría de los medios de comunicación actuaron sólo por consignas; nos ignoraron por completo (salvo honrosas excepciones), y sólo buscaron darle voz a los que estaban en favor del aborto. Sin duda, fue un claro caso de falta de ética y objetividad periodística.

-¿Y recuerdas de algún gremio profesional quiénes actuaron como detonadores en defensa de la vida del concebido?

Particularmente, me conmovieron mucho los testimonios de los mismos médicos, quienes habiendo estudiado Ética en sus estudios universitarios y en sus especialidades con la finalidad de salvar vidas, no tuvieron ningún reparo para admitir en público que, si esta ley se aprobaba, las cárceles se llenarían de doctores porque no pensaban matar a un solo inocente.

-Y acto seguido, ¿qué fue exactamente lo que ocurrió?

Se desataron numerosas y multitudinarias marchas por la gran mayoría de las ciudades y poblaciones del país. ¡Un hecho inadmisible de semejante imposición ya no se podía tolerar más! Incluso bajo una copiosa nevada en Tierra del Fuego, la provincia más austral. Los médicos marcharon y proclamaron su total desacuerdo contra estos intentos criminales de destruir vidas humanas. También, recuerdo vivamente otra marcha frente al Congreso de la Nación, dónde los galenos renovaron su Juramento Hipocrático. Sin duda alguna, presenciar ese amor de los médicos y las enfermeras por la vida fue realmente inspirador y una especie de detonador que sacudió el corazón de todos los habitantes de esta nación para promover la vida. ¡Nos dábamos cuenta de que era “el ahora o nunca” y decidimos brindar el total apoyo a nuestros bebés; a los más necesitados de nuestro cariño y ayuda solidaria! ¡Nos dábamos perfecta cuenta de que estaba en juego el futuro de nuestra nación Argentina!

-Marisa, ¿y qué planes tienen ahora, tú y todos los organizadores de estos movimientos por la vida?

Queremos atacar los problemas de fondo que nos “golpean” como país, como: el desempleo, la desnutrición, la pobreza extrema, la falta de educación y de oportunidades laborales, de servicios adecuados de salud, etc. Porque, sin duda, es un fracaso total como nación y como sociedad el que se considere el aborto como “una solución”. ¡Plantear eso manifiesta un “primitivismo” y una pobreza ideológica increíble, como de la era de las cavernas, y que atenta contra la más elemental inteligencia! No tengo la menor duda de que se trata de un absurdo y una verdadera aberración porque la muerte nunca podrá ser solución absolutamente para nada. Por ello, estamos organizando numerosas y variadas acciones concretas que brinden soluciones verdaderas, eficaces, ingeniosas, creativas e inteligentes a problemas reales.

-¿Y qué mensaje final quisieras dejar a los lectores de esta entrevista?

Que veo todo esto como el comienzo de algo muy positivo para mi país. Martin Luther King decía: “Una nación se sentencia a sí misma cuando sus gobernantes legalizan lo malo y prohíben lo bueno (…)”. En resumen, considero que nos hemos cansado de mantener actitudes cobardes, ¡y hemos resuelto ya no ser nunca más cómplices! Queremos ver el rostro de una nueva Argentina con esperanza, alegría y de la que nuestros hijos se puedan sentir orgullosos.

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